El adagio latino “Canis Canem non est”, perro no come perro, fue una ley que inspiró secularmente a los periódicos, que siendo competidores respetaban sus respectivas parcelas e intereses económicos, aunque no a sus periodistas, que se expresaban sus odios mutuos.
Esta ley murió definitivamente en España cuando Zapatero quiso crear su propio grupo de medios con La Sexta y el diario Público, lo que provocó la ira del prosocialista PRISA, a la apaciguó parcialmente con otras prebendas.
Todo ello desembocó en el actual duopolio televisivo, pues por su mala gestión PRISA tuvo que deshacerse de sus joyas, la CNN-España y Cuatro, que vendió a Mediaset, de Berlusconi, mientras Antena 3, de la Editorial Planeta, absorbía la entonces ruinosa Sexta. Público quedaría aparte, en digital hecho por y para Podemos.
Ambos grupos se respetan y le hacen más oposición que favores a Rajoy, especialmente La Sexta, que a veces parecen servir solamente a Podemos.
Como compensación Planeta mantiene una cadena de radio bastante neutral, Onda Cero, y un periódico en Madrid, La Razón –en Cataluña posee parte del separatista Avui--, que sí defiende al PP.
Y aquí perro es donde come perro: el grupo Vocento, propietario de ABC, le dispara a La Razón denunciando que su presidente, Mauricio Casals ofrecía a los ministerios buen trato a cambio de subvenciones en sus medios, incluyendo al menos Antena 3 y La Sexta.
PRISA se ha unido a las acusaciones al descubrir que Javier Pérez Dolset, máximo responsable de una compañía de productos digitales para móviles, ZED Wordwide, imputado ahora por insolvencia punible, fraude de subvenciones y otros delitos, dispone de documentos para defenderse que implican a Casals en esos presuntos chantajes para cobrar subvenciones a distintas instancias públicas, no sólo ministerios.
Ahora tenemos perros comiéndose entre ellos y saltándose la hipocresía de los romanos, que si perduró 2.000 años no sería tan mala.
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SALAS