Leyendo la prensa de Estados Unidos me encuentro con este escalofriante caso de maltrato animal. Como ya he escrito en alguna entrada anterior, el que es capaz de hacer algo así con un ser tan indefenso como un perro, seguro que es capaz de lo peor con un humano. Me faltan palabras para describir lo que siento ante tal salvajada.
Atención, las últimas fotos son de contenido explícito.
Un perro ha tenido una milagrosa recuperación después de haber sido encontrado enterrado hasta el cuello cerca de una casa abandonada en Tampa, Florida, con dos heridas de bala en su cabeza.
Un comunicante anónimo llamó a la policía y dijo que había oído dos disparos en el patio trasero de una casa vacía, en Tampa.
Lo que se encontró el policía fue espeluznante.
Encontró un perro enterrado vivo hasta el cuello que había recibido dos disparos en la cabeza, una bala le había entrado por la frente y le salió por la espalda, mientras que otra bala le entró cerca de un ojo y le salió por la nuca.
El policía lo comunicó a un oficial de servicios animales y pudieron rescatar al pobre perro, un cruce de pit bull.
Tenía la cabeza ensangrentada y estaba peligrosamente delgado, pero fue extraordinariamente dócil mientras la desenterraban.
El sargento Pam Perry, director de investigaciones del Servicios de Animales del Condado de Hillsborough manifestó: "Esto es enfermizo. Si hicieron esto a un perro, lo pueden volver a hacer a otro perro, a un gato, a un niño o a cualquier otra persona."
No se encontraron casquillos o fragmentos de bala en el lugar, por lo que se cree que fue disparado con un revolver de pequeño calibre, un 22 mm.
De acuerdo con The Times Tampa Bay, las balas sólo dañaron los tejidos blandos y el perro no sufrió ningún daño cerebral.
El pobre animal requirió de cuatro días de estancia en una clínica veterinaria para tratar sus lesiones y los efectos de la desnutrición.
El perro, de dos años de edad, sólo pesaba 13 kilos, cuando lo normal, en un perro saludable, hubieran sido 22 kilos.
Una llamada anónima afirmó haber escuchado tres disparos poco antes de que el perro fuera descubierto en Deerfield Drive el 29 de octubre.
El sargento Perry manifestó que el que causó tal atrocidad pudo pretender mandar un mensaje a los servicios animales, ya que los investigadores habían desmontado una trama de peleas de perro ilegales unos días antes de que el perro fuera disparado.
Phoebe, así han llamado al perro, será dado en adopción cuando se recupere totalmente.