Perros y gatos. Felices en las Islas Canarias.

Una cosa de la cual me percaté cuando viví en Fuerteventura y que confirmo con mi estancia en Gran Canaria, es que de estas partes los animalitos que andan a cuatro patas son particularmente queridos.
Vale aclarar que no me refiero a las últimas noticias en las cuales el Ayuntamiento de Las Palmas les permite a los perros la entrada en el paseo a lo largo de la playa y en muchos locales sino a una costumbre muy simpática y positiva (al menos así lo entiendo yo) que se evidencia en mi barrio. La costumbre radica en dejar sobre la acera, al pie de algunas palmeras, un pequeño contenedor con comida para gatos y perros. Previsoriamente, también dejan otro contenedor con agua, por si los pequeños tienen sed.
Para ser fiel a la verdad debo decir que no he visto esta costumbre en todos los sitios de la ciudad pero en el barrio donde vivo “Ciudad Jardín”, es algo habitual. También lo es, como pueden ver en la foto que da inicio al post, en el “Cat Café” ubicado en la zona del Castillo a la altura del Hotel Barceló.
En Fuerteventura es bastante común llevar los perros al mar y dejarlos hacer el baño. Entonces recuerdo un amigo que solía salir con sus dos cocker spaniel que corrían en el desierto y la playa totalmente a sus anchas.
Por supuesto, también pululan las clínicas veterinarias para los pequeños amigos y muchas de las personas que conozco, incluso aquellos que viven alquilados, se llevan consigo a sus mascotas. Tantos perros y tan cercana es la relación entre estos y sus dueños que mi esposa, que ha dejado sus dos perritas en Cuba, generalmente se ve afectada por súbitas crisis de nostalgia cuando ve algún perro que les recuerda a “Shira” y “Haila”.
Así, estas islas se convierten en un excelente sitio para vivir, no solo para los humanos sino también para los mejores amigos del hombre. Quizás la muestra pública de la devoción que se siente por estos animalitos puede hallarse en el recientemente celebrado Festival Canino, donde los dueños y sus mascotas competían por el mejor disfraz. A decir verdad, habían algunos perritos que no se encontraban muy felices entre disfraces pero otros parecían muy contentos de ser centro de atención. De más está decir que la plaza se llenó totalmente, tanto como en la elección de la Reina del Carnaval o la Gala del Drag Queen.
Vida de perros…