Revista Economía

Persas, filibusteros y pocholos

Publicado el 21 diciembre 2013 por Joseluisortin
Semanas atrás hablábamos de los presidentes con excesiva tendencia a que sus aficionados fueran como aquellos persas que se humillaban ante sus nuevos reyes manifestándoles su total disponibilidad y  su alejamiento de la funesta manía de pensar. Se trata de personajes acostumbrados a mandar con ninguna oposición y que no perdonan la discrepancia, por muy leal que sea con el club que presiden. Y decíamos que Florentino Pérez encajaría a la perfección en ese patrón.
PERSAS, FILIBUSTEROS Y POCHOLOS
Hace unos días un antiguo empleado del Real Madrid desde los tiempos de Bernabéu corroboraba esa versión en una entrevista a un diario deportivo nacional. Pero tampoco tiene demasiado mérito tal anticipación por cuanto es algo tan evidente como fácil si se tiene la curiosidad de preguntar en su entorno empresarial. D. Florentino, como tantos otros personajes de su nivel o parecido, sólo respeta a quien teme. Por eso, saquen ustedes mismos sus conclusiones. ¿A qué jugador le va a permitir cualquier cosa? Pues está claro, a D. Cristiano. Los demás que vayan atándose los machos si quieren echarle un pulso - ¡oído, Ramos!- E incluso al lusitano, y ahí demuestra su indiscutible inteligencia, le ha colado un gol con el fichaje de Bale. Dentro de poco, y si no al tiempo, ya no será aquél el referente exclusivo de los blancos. Tendrán que repartirse los honores y esa división serla la fuerza del presidente blanco. Así que a los de casa se les echa de comer, y cuanto más canteranos mejor por ser más fáciles, y a los de fuera, como siempre hacen estos personajes, se les da una carta lujosa para que elijan y se les pone en un sitial.
Pero claro, si hubiera que elegir entre un ‘dictadorcete’ y un filibustero, la cosa es muy complicada. En cualquiera de los dos casos hasta puede salir bien un tiempo si hay suerte; el Barça de Laporta, sin ir más lejos. E incluso la segunda opción tiene la ventaja de que se largan, más pronto que tarde, porque suelen planificar a más corto plazo sus verdaderos objetivos: la pasta a toda costa. En el primer supuesto es más difícil porque suelen estar dotados de una inteligencia superior, marcándose metas a más largo plazo, porque saben que se puede ganar de todo más indirectamente que metiendo las manos en el club. Como ejemplo me quedo con la frase del ilustre y veterano periodista JM García cuando asegura que es más difícil ser presidente de EEUU que del Real Madrid tras el cambio de estatutos del Sr. Pérez. 
En filibusterismo no hemos ido mal servidos en nuestro fútbol, y el mejor ejemplo actual sería el de la directiva que encabeza el Sr. Rosell en el Barça. O, para ser más exactos, quizás en él mismo y algún compadre de asiento cercano. ¿Cómo se puede decir que no es posible explicar el destino de 40 millones de euros de un fichaje presidiendo un club con varias docenas de miles de socios, siendo éstos los dueños, además? ¿Y hacerlo con el argumento de que tal circunstancia está amparada por una cláusula de reserva particular del receptor? ¡Pero, oiga, que el Barça no es su casa! ¿Se puede aguantar tamaña desfachatez?
Y lo más sorprendente es que aún no se ha visto en el Camp Nou ni una sola protesta generalizada por tal desmán. Pero claro, es que seguramente están más entretenidos levantando banderas esteladas o esperando a que llegue el minuto 17 para falsificar la historia enalteciendo a quienes sólo pelearon con una facción de españoles contra otra. Los partidarios de la Casa de Austria contra la francesa de los Borbones por la Corona de España. Nada de Cataluña ni de catalanes contra España ni los españoles. Y, con ese ejemplo se demuestra lo sencillo que es engañar de múltiples formas a cientos de miles de personas. ¡No, no sean mal pensados! Que la referencia histórica aquí sólo ha sido un desahogo sin pretender nada más ni politizar nada. Me refiero a lo fácil que es llevárselas cuando el personal está por la labor circense en lugar de por la seriedad, y con tal de ver a un tal Neymar vestido de azulgrana cualquier disparate es pasado por alto.
Y es cuando llegamos a los pocholos. Porque no me negarán ustedes lo tiernos que resultan cien  mil espectadores, la mayoría dueños del club, levantando banderitas tras birlarle 40 millones de euros quien les preside con el mayor descaro.  

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