Recientemente se llevó a cabo el lanzamiento de la convocatoria del programa de History Channel, "Una idea para cambiar la historia". En ese evento tuve la oportunidad de contar mi historia de emprendimiento, y cómo he decidido aprovechar mis habilidades para generar impacto.
Muchas veces sentimos temor ante la idea de perseguir nuestra pasión, pues quizá no es lo más común. O tal vez creemos que hay otras formas "más seguras" de tener una vida cómoda. Hoy quisiera compartirles mi historia, tal como la conté en el evento de History Channel, esperando que sirva para inspirarlos.
Contar historias
Todos tenemos alguna cita o frase de una película que nos marca. Yo tengo dos: la primera es "que la fuerza los acompañe" (soy un enorme geek y fanático de Star Wars), y la segunda, una cita de la película "Thank you for smoking", que dice: "Michael Jordan juega básquet, Charles Manson mata personas y yo... yo hablo."
Esta frase me llegó mucho, ya que desde hace varios años he sabido que soy bueno para hablar y contar historias; sin embargo, me había costado trabajo verlo como un talento, algo que podía explotar para generar impacto.
Sería difícil contar mi historia desde el principio, por eso me remitiré a mi último año de preparatoria, cuando participé en un concurso de cuento y gané con mi historia "Lágrimas de un ángel". Yo sé, ganar un concurso de cuento es lo más nerd que hay en la vida, pero me siento muy orgulloso de ello. Esto me llevó a pensar en mi carrera futura y en lo que quiero hacer para aportar un bien a mi entorno, para trascender.
El camino de tu pasión no es el más seguro
Entonces dije las 7 palabras que estadísticamente causan más terror a los papás, cuando menos en México: "Papa, mamá, quiero ser director de cine."
Cabe mencionar que hace 12 años, cuando mencioné esto, los directores mexicanos aún no ganaban premios en Hollywood, como hacen ahora. Mis papás, provenientes de una familia de empresarios y de ideas tradicionales, no se sintieron nada emocionados con la idea (probablemente hubieran brincado de felicidad si les hubiera dicho que quería ser banquero).
Entré en un verdadero conflicto: todos me decían que la carrera es la decisión más importante que tomaría en mi vida, pero ¿quién tiene idea a los 18 años de lo que quiere hacer?
Por un lado, reconocía una parte creativa en mí; quería crear, contar historias. Por otra parte, sentía la presión por tomar una decisión "lógica y segura" y dejar mi pasión como un mero hobby.
Efectivamente, me fui por el camino seguro y estudié Administración de Empresas. Por fortuna, mi universidad contaba con una estación de radio, por lo que aproveché esta oportunidad para trabajar en proyectos creativos y hacer lo que más me gusta, alzar la voz. Me convertí así en un bicho raro: el único administrador de empresas que trabajaba en Ibero 90.9.
Esa inquietud que te lleva a buscar algo más
Un par de años después, mientras aún cursaba la carrera, pasó algo que cambió mi vida; fue como si me atropellara un tren.
Un amigo que trabajaba para el proyecto "Un techo para mi país" me invitó a participar y construir casas para familias en condiciones de pobreza. En ese momento me di cuenta de que podía dedicarme a algo más que entretener: a poner mi granito de arena por que éste fuera un país más justo.
En ese momento me di cuenta de que podía dedicarme a algo más que entretener: a poner mi granito de arena por que éste fuera un país más justo.
Así fue como comencé a trabajar como voluntario para este proyecto, en el cual duré 6 años. Fui director de recaudación de fondos e incluso gerente general, un puesto que me permitió inspirar a las personas, acudir a los medios, dar presentaciones y convertirme en vocero de la organización. Tuve la oportunidad de impartir una plática en TEDx, misma que titulé "Innovación con causa". Por fin pude empezar a usar mis habilidades y mi talento para inspirar.
Después de 6 años de trabajar en Techo, me topé con lo que llamo "la crisis de los 27". Cuando vas en la secundaria, sabes que sigue la prepa; cuando termina ésta, saber que tienes que ir a la universidad, y al finalizar, tienes que tomar un trabajo... pero llega un momento en que debes preguntarte qué sigue, y esta respuesta ya no llega de manera automática. Se termina el camino amarillo.
Construir mi propio camino
Decidí que mi camino me llevaría a trabajar por las personas que viven en condiciones más vulnerables, y sobre todo, otras personas que para que también lo hicieran. Fue entonces cuando conocí el concepto de emprendimiento social.
Tuve la oportunidad de comenzar un podcast de emprendimiento social, algo que me permitió juntar mis dos pasiones: mis ganas de generar impacto y mi habilidad para contar historias.
Muchos emprendedores sociales tienen historias increíbles, pero no tienen los espacios ni los foros para contarlas. Así que éste sería mi granito de arena.
En un evento conocí a la directora de Entrepeneur, quien me dio la oportunidad de escribir para su revista y sitio en línea. Ésta fue una plataforma para conocer a más personas.
Hace unos meses decidí llevar mi podcast al siguiente nivel, y junto con mi equipo, creé Disruptivo.tv, una herramienta para invitar a las personas a sumarse al emprendimiento social.
¿A qué voy con todo esto?
Cuando tengas una idea, una pasión, invariablemente se presentarán ante ti trabas. Buscará imponerse ese sentido de "lógica" que tanto nos han inculcado, pero que no emana de nosotros. Lucha contra la corriente. Ve por el camino menos lógico y seguro. ¿Que podrías fracasar? Probablemente sí, pero entonces podrás probar otra cosa o perfeccionar tu idea y, tarde o temprano, las cosas se acomodarán.
Los invito a hacer lo que les guste, lo que les apasione e inspire. Sólo así, trabajando con inspiración, podrás inspirar a los demás a poner su granito de arena para cambiar este mundo.
Que la fuerza los acompañe.