Este cómic es la autobiografía de una mujer que ahora tiene 41 años hecha más o menos cuando tenía 28. Con esto quiero decir que es una autobiografia atípica ya que no está condicionada por la vejez. Además, es una especie de historia del Irán del siglo XX, sobre de todo del último cuarto, hecha por una mujer emigrante que pertenece a la parte social mas occidentalizada del país.
Me recuerda un poco a “Maus“, aunque aquella no es una autobiografía y es una historia mas trágica. Las historias tienen sus puntos comunes (ideología única e infalible, fanatismo, guerra, etc.), pero a lo que me refiero es que son obras personales, muy personales, y con esto quiero decir que son íntimas. Ambas historias son como leer un diario porque han sido escritas para purgar miedos e interiorizar acontecimientos traumáticos. En fin, que los autores exhiben casi sin pudor su interior. Pero la obra de Satrapi, como no cuenta cosas tan demenciales y terroríficas, tiene humor, reflexión, optimismo y cercanía, ya que la autora es más o menos de nuestra edad, por lo que, a diferencia de “Maus”, cuando ella cuenta algo nosotros sabemos que estábamos haciendo en ese momento. Lo cual le da una lectura especial que seguro que ha tenido que ver con su éxito.
A mi me ha gustado bastante porque Satrapi es una persona especial, pariente de una dinastía de shas destronada, hija de una familia rica, occidentalizada y modélica, culta, inteligente y con una rica experiencia vital. Lo cual hace que tenga una biografía que merece conocerse y que sepa contarla de una forma amena e interesante. La combinación de estos dos hechos es lo que explica la merecida repercusión de esta obra. Usa en ella un estilo naïf agradable, expresivo y simpático en su esquematismo, pero que llega a hacerse monótono de forma que lastra un poco el guión. Sabemos que podría haber hecho algo más elaborado, pero para explicar una historia así (representar a los seres queridos, algunos muertos los demás lejanos, tener que contar momentos duros y dolorosos…) es comprensible que haya optado por un estilo que le permite alejarse de lo que cuenta. En fin, que a la historia no le habría venido mal algo más de rigor en el dibujo, después de todo es un cómic.
Concluyendo, “Persépolis” me ha parecido muy interesante y entretenido, aunque os confieso que este tipo de historias me gustan mucho. Me encantan las que ocurren en otros sitios, en otras épocas, en otras culturas porque me ensanchan el horizonte, porque me hacen consciente de que vivo en un planeta y que hay un longevo pasado tras de mí. Además, la importancia de lo que se cuenta (se pueden reflexionar mucho sobre ello) hace de “Persépolis” una obra que se debería leer en el colegio y más ahora con el mundo globalizado y la situación internacional que tenemos. Creo que es necesario que conozcamos historias así en Occidente para darnos cuenta de lo privilegiados que somos, de que no todos viven tan bien como nosotros, para que nos de un poco de vergüenza que nuestra sociedad avance a pasos agigantados hacia lo banal y lo estúpido, para que nos sintamos incómodos un rato en nuestro sillón, para que conozcamos mejor el mundo en el que vivimos y para que no juzguemos a la ligera o sin fundamento a otros países o culturas. Desde luego “Persépolis” enseña mas de Irán (aunque no debemos olvidar que es una visión personal, es decir, subjetiva y sesgada), que lo que se pueda leer en la prensa seria, y bastante sobre la vida (hay cosas que nosotros nunca viviremos). De esta forma, “Persépolis”, aunque no es memorable, hace a sus lectores occidentales más consciente del mundo en el que viven y de los privilegios de los que disfrutan. Una gran e importante lección que muy pocas cosas en esta vida pueden dar. Por tanto, es un cómic que hay que leer.