¿Te suena una serie que se llama Vigilados: Person of Interest? Es muy posible que no, aquí en España la echaron en LaSexta pero sorprendentemente -al menos para mí- no tuvo la acogida que sí que tiene en EEUU, donde es uno de los bombazos del momento.
Llevaba mucho tiempo queriendo hablar de ella, desde que terminé la primera temporada, concretamente. Y ahora que he acabado la segunda creo que estoy en plenas condiciones para comentar una serie que se ha ganado entrar en mi elenco de series favoritas. You're being watched...
Antes incluso de comentar algo del argumento voy a intentar meterte el gusanillo con sus guionistas: J.J.Abrams (creador de series como Perdidos o Fringe) y Jonathan Nolan (co-guionista de Memento o El caballero oscuro). Pero el reparto no se queda muy atrás, pues los dos protagonistas son Jim Caviezel (La Pasión de Cristo) y Michael Emerson (Ben de Perdidos, uno de los personajes mejor interpretados que he visto nunca). Con esta carta de presentación sólo se puede esperar que la serie esté a la altura, y vaya si lo está.
El argumento es sencillo. El sr.Finch (Michael Emerson) es un excéntrico y misterioso informático millonario que ha desarrollado para el Gobierno un programa -la Máquina- capaz de predecir actos terroristas. Sin embargo, en la práctica la Máquina puede prever cualquier acto violento, siendo programada para clasificar estos actos como irrelevantes en el caso de que no estén relacionados con el terrorismo. Al final, el proyecto es abandonado -no voy a spoilearte por qué- y, sin el conocimiento de Finch, su compañero Nathan Ingram desarrolla una Contigencia para recibir información sobre las personas tachadas de "irrelevantes.
De este modo acaba siendo capaz de conocer si una determinada persona va a estar involucrada en un crimen, ya sea como víctima o como agresor. No explicaré qué pasa entre medias porque forma parte del desarrollo de la serie, pero al final Person of Interest comienza con la intención de Finch de ocuparse de los "irrelevantes", de modo que para esto Finch se hace con la ayuda de John Reese (Jim Caviezel), un ex-agente de la CIA con un pasado tormentoso, numerosas heridas y una habilidad extraordinaria para machacar enemigos.
«Diez mil ojos que todo lo ven y diez millones de oídos que todo lo escuchan. Eso es La Máquina: algo que está en todas partes y en ninguna»Sr.Finch
Cada capítulo Finch y Reese reciben de la Máquina un número de seguridad social que se corresponde con una víctima o un agresor potencial al que vigilarán e investigarán para tratar de dilucidar cuales son sus verdaderas intenciones y así protegerle o detenerle a tiempo. Por supuesto, cuentan con el último grito en armas y tecnología (incluido un fabuloso programita capaz de acceder a un móvil y escuchar todo lo que ocurre a su alrededor), y esto, unido a que siempre aparecen en lugares sospechosos y cuentan con información privilegiada, hace que no tarden mucho en llamar la atención del FBI, especialmente de la detective Carter.
Al principio de la serie esta es la trama principal: salvar o detener a los números que reciben de la Máquina. Esto hace que la serie pueda resultar lineal e incluso nos parezca que esta mecánica ya la hemos visto antes, pero repito que esto es al principio. Poco a poco la serie empieza a ganar ritmo a medida que van apareciendo nuevos personajes y varias tramas paralelas, como la del incipiente mafioso Elias o la corrupción de la policía de Nueva York (concretamente Recursos Humanos), sin olvidarnos de la continua incógnita que representa la existencia y comportamiento de la Máquina.
Por otro lado, mediante una serie de flashbacks perfectamente hilados vamos conociendo el pasado de Finch y de Reese, solucionando algunas incógnitas sobre la Máquina y asistiendo a los cambios de rumbo que tomaron sus vidas después de tomar ciertas decisiones y renunciar incluso a lo que más amaban. En este sentido la serie deja detalles que recuerdan a Perdidos, y poco a poco logra que empaticemos con los protagonistas y nos interese de verdad lo que les pasa, dando como resultado un cóctel de acción y ciencia-ficción que por momentos toma tintes de drama cuando viajamos al pasado.
Tanto Finch como Reese reflexionan en algún capítulo sobre esas decisiones que tomaron y sobre las personas que eran, y se introduce aquí uno de los interrogantes morales más importantes: ¿puede la gente realmente cambiar? ¿Puede uno reconducir su vida, puede un ex-Boina Verde convertirse en un protector de los inocentes? Las respuestas las van dando los acontecimientos, pero es de agradecer un cierto trasfondo que dé sentido a las acciones de los protagonistas, un punto de inflexión a partir del cual decidieran tomar un camino u otro y actuar como lo hacen. Como la vida misma.
Finch junto a Root, uno de los secundarios que lo peta
Otro punto que hace realmente interesante a la serie es hasta qué punto tiene que ver con la realidad. Cada día somos registrados por centenares de cámaras que graban nuestros movimientos buscando garantizar nuestra seguridad, y eso sin contar con toda la información que empresas como Google o Facebook tienen en su poder sobre sus usuarios, que al fin y al cabo somos todos. Muy al hilo de lo que ocurre en 1984 de Orwell, la perspectiva de la existencia de una Máquina capaz de controlarnos 24 horas al día no parece muy lejana, si es que no ocurre ya. Y esto, a mí por lo menos, me resulta intranquilizador. De modo que Person of Interest acierta también en eso, bien podría ser un preludio de lo que nos aguarda, de algo que ya ha sucedido o de algo que está sucediendo. Quién sabe.
En definitiva, y para no alargarme más, Person of Interest es una serie que te recomiendo encarecidamente. Lo tiene todo. Es cierto que hay que darle un poco de tiempo para que arranque pero cuando lo hace no defrauda en ningún sentido. Pero claro, este es mi criterio, y para tener el tuyo... vas a tener que verla.
Ah, y un último consejo: yo que tú la veía en versión original.
P.D: ¡la tercera temporada ya está en marcha!