Mientras está ampliamente aceptado por los/as educadores/as, gobiernos y sociedad en general, que el aprendizaje tiene lugar no sólo en la educación formal o en las instituciones educativas sino también en los espacios de trabajo y en actividades no formales e informales, no todos estos aprendizajes están formalmente reconocidos. Por formalmente reconocidos, desde Unesco se refieren a la valoración que de aquéllos aprendizajes se hace por las diferentes instituciones educativas nacionales de los diferentes países y por sus agentes de empleo y formación.
En este sentido la situación es muy diversa a nivel mundial: en países donde aún persiste una amplia mayoría de la población que no ha tenido y/o tiene acceso a la educación basica, este es un debate de poco sentido. En cambio países que están llevando a cabo amplias reformas educativas, como la introducción de estrategias de aprendizaje a lo largo de la vida, las cualificaciones basadas en competencias y marcos de calificación nacionales es necesario el debate acerca de los conceptos y los mecanismos que promueven este tipo de aprendizajes, y como estos pueden apoyar a los objetivos educativos de cada país.
A pesar de estas diferencias por países, en un contexto de rápido cambio social fruto de la globalización, la revolución de la información y la necesidad de comunidades más sostenibles, los sistemas de aprendizaje tanto de Norte como de Sur encaran los mismos retos de equidad: no todas las personas tienen las mismas oportunidades de participar en la educación. Y es que una de las principales consecuencias de esta inequidad es una mayor infrautilización del potencial humano, de los talentos que las personas han adquirido en contextos no formales o informales. Más allá, los sistemas de educación formal están encontrándose con cada vez más dificultades para responder a las demandas sociales en un mundo en constante cambio.
En la actualidad muchos/as autores/as afirman que el aprendizaje no formal, informal y formal no deben ser observados como dicotomías sino elementos en un continuum. El reconocimiento a todas las formas de aprendizaje es una de las muchas soluciones propuestas como soluciones a los grandes retos socioeconómicos incluyendo la reducción de la pobreza, el desarrollo económico, la mejora de la empleabilidad, la cohesión e inclusión social, el desarrollo personal y profesional y la ciudadanía democrática. Desafortunadamente, como comentábamos al principio de este post, los países frecuentemente se focalizan en un aspecto particular de estos nuevos modos de apredizaje, frecuentemente unido a “lo productivo”. Me gustaría suscitar el interés sobre este debate acompañando la referencia al informe con un vídeo de 1988 donde Isaac Asimov ya avanzaba el impacto que las nuevas tecnologías iban a tener en los procesos de aprendizaje no formales e informales, e incluso formales! No dejéis de verlo, merece la pena.
