
¿Qué tipo de teatro te gusta? Si eres de los que buscan algo divertido, con lo que pasar un rato agradable, riéndote y viendo reflejada la más pura realidad, te ofrecemos una obra perfecta para ello: Perversiones sexuales en Chicago. Pero advierto, si por el contrario eres de los que quieren una obra tranquila, bella, elegante, te vas a sentir ligeramente fuera de lugar con esta representación.
Perversiones sexuales en Chicago es ese tipo de obra que no da nada diferente de lo que ofrece. Sabíamos, de antemano, que el argumento no era otro que la pura realidad. Y es por ello que, con la fresca actitud por parte de los actores, esta obra ciertamente ácida caló hondo en el público allí presente, que no pudo dejar de reír desde el minuto uno hasta la ronda de aplausos finales.
El día a día de una generación de hombres y mujeres que no tienen pudor alguno a hablar sobre sexo, incluyendo los más escabrosos detalles sobre el acto, que no tienen ningún tipo de tabú sobre ningún aspecto relacionado con su vida sexual y, por qué no, sentimental, se desarrollaba con excelente agilidad sobre las tablas del teatro Zorrilla.
Así, la obra se volvía rápida, frenética, veloz al fin y al cabo, para hacer sátira de la vida real. El sexo, el amor, el desamor y el desengaño pasaban contantemente por nuestras narices, haciendo de nuestra, a veces triste, realidad una magnífica comedia.
Los actores sabían lo que se traían entre manos, pero debemos decir que la veteranía de algunos de ellos tuvo supremacía sobre la interpretación de los más jovencitos. De este modo, el papel ligeramente protagonista de los jóvenes Úrsula Corberó y Javier Pereira, quedó eclipsado por la clara superioridad interpretativa de Javier Mora, para el que parecía haber nacido el papel de Bernard Litko y de Cristina Alcázar, que se desenvolvía como pez en el agua.
Se trata, al fin y al cabo, de una obra diseñada para pasar un buen rato en el que te puedas reír incluso de los errores que tú mismo has cometido, llegando incluso, con un crudo lenguaje, a ruborizar al más atrevido de la sala.

Miriam
Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo, directora de Ruta 42 y redactora en La Encuadre.
- Más publicaciones
