Parecía un sueño, una extraña pesadilla, pero sé que ha sido real. Todas las apariencias apuntan a lo onírico: el despertarme sobresaltada, la pesadez de la cabeza, el entorno conocido, la luz filtrándose por las persianas; pero un signo irrefutable contradice la supuesta calma habitual: entre mis manos, aún gotea el moho verde y viscoso que se multiplicaba en tu casa, la que adquiriste para demostrarme tu auténtica estatura, la que se pudre al compás que tu desidia. Cuando he sido consciente de ese moho invadiendo las estancias más secretas, he saltado estremecida a la realidad que deseo. Tú jamás has sido el destinatario de mis ansias.
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Nota.- Aquí os dejo el enlace de una reseña que ha hecho Karina Delprato, en su blog Renacer, a mi novela Aroma de vainilla. Esta novela va despacio, pero conquista a todo aquel que la lee y eso me alegra muchísimo y de alguna forma me compensa por los años que dediqué a su escritura.