Revista En Femenino

Pesadillas y terrores nocturnos

Por Mamás_besos @mama_besos

Hace un tiempo os hablé de como mi Peque entró a los tres años en la etapa de los miedos y cómo conseguimos superar el hecho que el peque nos llamara varias veces cada noche poniéndole una lucecita en su habitación (los miedos nocturnos). Pues bien, ahora mi peque ya tiene tres años y pico y hace unos días descubrimos que ahora sufre los dichosos terrores nocturnos.

pesadilla niño

Solemos tener unos hábitos muy marcados con nuestro Peque, así que cada día hacia las ocho le damos su cena y hacia las nueve le ponemos a dormir. Un día sentimos de golpe como el Peque en la cama empezó a llorar desesperádamente, subimos rápidamente a su habitación a consolarlo, pero no había manera de conseguir que se calmara.

La escena se fue repitiendo otras noches más, a la misma hora, hacia las 11 de la noche, e incluso una de las veces el Peque vomitó. El día que vomitó pensamos que le debió sentar algo mal o que tenía algun virus, pero con el tiempo hemos visto que no fue así. No fue hasta que me di cuenta que siempre le pasaba a la misma hora y que el Peque cuando lloraba de esa manera seguía dormido que empecé a sospechar que lo que podía tener eran pesadillas. Pero buscando información sobre el tema me he dado cuenta que lo que tiene mi Peque no son pesadillas sinó terrores nocturnos.

¿Cuáles son las diferencias básicas entre pesadilla y terror nocturno?

Los terrores nocturnos los sufren en la primera mitad de la noche y las pesadillas en la última parte (hacia la madrugada).

Cuando sufren un terror nocturno lloran desconsoladamente y están muy asustados, pero…¡siguen dormidos! incluso pueden gritar i vocalizar cosas estando aun dormidos. No recuerdan lo que han soñado y por eso, cuando se les pasa el terror, continuan durmiendo tan plácidamente como si no hubiera pasado nada. Al día siguiente si le preguntas qué le pasaba o en qué soñaba no sabe nada.

Por lo contrario si padecen pesadillas cuando rompen a llorar ya están despiertos. Si gritan es porque la pesadilla ya les ha despertado. Recuerdan lo que han soñado por lo que tienen miedo a volverse a dormir. Suele ser habitual que los niños que tienen pesadillas lleguen a odiar el momento de irse a dormir y les cueste mucho conciliar el sueño.

¿Y qué hacer en cada caso?

En el caso de los terrores, en el momento que los padecen, no despertarlos ni hablarles, simplemente estar a su lado vigilando para que no se hagan ningún tipo de daño, ya que a veces se incorporan, se levantan o incluso como en el caso de nuestro peque, pueden llegar a vomitar.

En el caso de las pesadillas, como he dicho antes, los niños se despiertan asustados y recordando lo que han soñado, por lo que los padres tenemos que aprender a tranquilizarles, escucharles, pero sin darle una excesiba importancia al hecho. Y sobretodo que no nos vean a nosotros también con cara de preocupados. Intentar explicarle que los monstruos no existen y que las pesadillas sólo existen en los sueños, no en la realidad, también les puede ayudar. Llevarle a dormir a la cama de los padres si no logra conciliar el sueño o ponerle una lucecita son otros aspectos que cada familia debe valorar, según el caso.

Pesadillas y terrores nocturnos

Pesadillas y terrores nocturnos

 

Es importante tener en cuenta que tanto las pesadillas como los terrores nocturnos, aunque son considerados trastornos del sueño, son bastante habitules entre los niños de 4 a 12 años (en el caso de los terrores) y de 3 a 6 años (en el caso de las pesadillas) y con el tiempo van desapareciendo sin necesidad de ningun tipo de fámaco o asesoramiento especializado. Eso sí, en el caso que las pesadillas o terrores influyan en su vida normal creándoles ansiedad, miedo a dormirse, irritabilidad, etc. o que creamos que puede existir algun episodio traumático que pueda ocasionarlos es muy aconsejable visitar a un especialista para que nos asesore.

De momento, conociendo ya la existencia de estos trastornos habituales del sueño, ahora ya estamos un poco más tranquilos y hemos aprendido a actuar en cada episocio de terror nocturno. Seguiremos haciendo lo mismo, estar a su lado durante el episodio, no despertarle y estar alerta por si estos episodios pueden algun día llegar a influenciar en su vida normal o por si puede existir algun motivo durante el día que los motive. Se ve que los terrores nocturnos tienen una buena base genética, es decir, que en muchos de los casos son heridatarios. El Papi ha sufrido y sufre de sonambulismo y ha tenido en más de una ocasión algun tipo de estos trastornos incluso ya de adulto (¡si os contara la de sustos que me ha dado en más de una noche!), por lo que  me hace suponer que lo que le pasa el Peque puede ser heridatario. Seguiré indagando y preguntaré a mi suegra si el Papi del Peque también padecía este trastorno a su edad…

Y para finalizar, si vuestros peques padecen pesadillas o terrores, hay un truco para intentar evitar que los tengan: despertarlos un poco antes de que los sufran, de esa manera se rompe el sueño y se ve que ya no padecen los trastornos. Pero para ello antes hay que saber más o menos hacia qué hora lo padecen. Esta técnica sólo la prové un día que llevaba ya varias noches seguidas con terrores, y la verdad que esa noche no los padeció. No lo he vuelto a hacer porque ahora lleva días sin padecerlos.

¿Vuestros peques tienen pesadillas o terrores nocturnos? comparte tu experiencia con todos nosotros, seguro que nos será de mucha utilidad.

 


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