Hace unos meses ya tuve la penosa ocasión de hablar de Pescanova, una empresa suyo consejo demostró en aquel momento que no le importaba un pimiento el pequeño accionista, cuando planteó un aumento de capital, que suscribió el consejo, a un precio por acción muy por debajo de la cotización en aquel momento.
Ahora asistimos atónitos a otra jugada similar. El consejo de administración, enfrentado por el poder, se lanza a solicitar el preconcurso de acreedores, hundiendo la cotización un 60%, sin importarle nada, de nuevo, que los pequeños accionistas que confiaban en la empresa sufran pérdidas para algunos irreparables.
Para ellos es sólo un juego de poder. Un pulso para ver quien se hace con la empresa. Una empresa que nadie duda que vale más de los 200 millones de euros a los que equivale la cotización de menos de 7 euros que se ha dado hoy en la bolsa española.
Ante esa situación, ¿que hacer? La mayoría de pequeños inversores se han puesto a vender, despavoridos.
¿Qué deberían hacer? Lo que voy a hacer yo: tener paciencia, esperar. La empresa vale mucho más: al menos el triple (20€ por acción), y es sólo cuestión de tiempo que recupere ese precio. De hecho, es probable que esta batalla consiga que se acelere el final de la guerra, y una vez quede clara quien es el ganador (el actual presidente o el tiburón financiero Carceller, el dueño, entre otras muchas empresas, de la cervecera Damm) es muy probable que el valor recupera su precio real. En el peor de los casos quizás el ganador (en especial si es Carceller, que es lo más probable) lance una OPA. Pero o creo que sea por menos de 20€.
Eso si, yo saco una conclusión de este asunto: las empresas pequeñas de la bolsa española son un enorme riesgo y hay que permanecer fuera de ellas o limitar mucho la apuesta. ¿Por qué? Porque tienen muy poco free float y los consejos de administración hacen y deshacen, al margen de los pequeños accionistas. Y la CNMV se lava las manos. Yo me pregunto, si la CNMV no está para esto, ¿para qué esta?
Pero no me sorprende, es una institución desprestigiada e inútil más en el panorama político español, donde la crisis está poniendo a cada uno en su sitio, y por desgracia nos está enseñando que el país está edificado sobre barro.