Los truenos crecían en intensidad, parecía que se nos venía el mundo encima, así que nos tumbamos y nos acurrucamos en la tibieza corporal. Agarramos la botella de vodka; un chupito por cada trueno, una canción infantil para cada relámpago. Entre risas nos revolvíamos reunidos en una cama, buscando el encaje cósmico adecuado entre piernas y brazos, mientras oíamos el somier quejarse por nuestro peso sumado: la presión de fundirnos, pues cada vez teníamos menos tiempo para pensar y menos canciones en la memoria.
![PESO SUMADO PESO SUMADO](https://m1.paperblog.com/i/538/5389488/peso-sumado-L-x8nV5D.jpeg)