Lleva en casa desde el verano y ya se merecía unas líneas. Se hizo conocida gracias al boca a boca, la mejor publicidad sin duda, después, viendo la gran acogida que tenía entre el público la editorial hizo el resto. Si en 2009 en la playa o en la piscina era normal ver a una persona con un Millenium entre sus manos, en 2010 era habitual ver la novela de María Dueñas junto a sombrillas y encima de toallas. Turno para, como os habréis imaginado, El tiempo entre costuras.
He leído la novela con mucha calma. A diferencia de la tarta de manzana que veis en la imagen, duró lo justo para hacer la fotografía que os debía, el libro de hoy me ha llevado algo más de dos semanas. He tenido poco tiempo para leer y la verdad es que esta obra me ha venido como anillo al dedo.
Sira Quiroga es una joven modista madrileña a punto de contraer matrimonio con su novio de toda la vida, Ignacio, sin embargo una máquina de escribir dará un giro a su vida. Tal y como suena. El gerente de la tienda donde la comprará resultará ser todo un donjuán. Así, de la noche a la mañana abandona a Ignacio y se va con él a vivir. Estamos en la España de mediados de los años treinta.
No será el único acontecimiento que la marque. Un día recibe noticias de su padre, del que nunca ha sabido nada y quien resulta ser un adinerado empresario. Él, para compensar los años de ausencia, le deja en vida gran parte de su fortuna y de las joyas familiares. Sira, que siempre ha vivido humildemente, confiará todo ello a su pareja, Ramiro, quien decide pronto qué hacer con todo: se marcharán a Tetúan y allí montarán ambos una empresa.
Sin embargo, el atractivo y atento vendedor de máquinas de escribir, resultará ser un sinvergüenza. Poco después de llegar a su destino la abandona embarazada y le roba todas sus pertenencias. Así, desorientada en un lugar desconocido y sobre todo moralmente hundida, la joven empezará una nueva vida, alejada de España, a la que no puede volver por la Guerra Civil que ya ha estallado.
Poco a poco y con la ayuda de diversos personajes entrañables, como Candelaria, la dueña de la pensión en la que residirá, montará un maravilloso taller de alta costura a la que acudirá la crème de la crème. Su objetivo será pagar las deudas del innombrable y traer a su madre consigo.
Su negocio le servirá para relacionarse con unos y otros y su vida sufrirá un nuevo vuelco cuando comience la II Guerra Mundial pues se verá envuelta en el mundo peligroso del espionaje gracias o no, según como se mire, a sus amigos.
No quiero desvelaros nada más. Prefiero que como yo disfrutéis de las sorpresas que se os irán desvelando conforme paséis las páginas. Se trata de una obra muy visual: te puedes hacer una imagen perfecta en tu cabeza de lo que lees sin dificultad alguna.
Me ha gustado mucho especialmente por la época en la que se desarrolla. Hasta ahora no había leído ninguna
novela en la que la Guerra Civil Española fuese el telón de fondo protagonista, sí he "catado" otras en las que se menciona aunque de pasada. Además, nos centramos en concreto en el Protectorado Español en Marruecos del que, para qué voy a engañaros, no tenía mucha idea.
Los personajes secundarios son maravillosos. Todos y cada uno de ellos están muy bien construidos. Además de personajes ficticios, como la propia protagonista, Sira, conocemos a otros reales, personas que existieron verdaderamente. Tal es el caso de Rosalinda Fox amante de Beigbeder que fue Ministro de Asuntos Exteriores en la etapa franquista.
Intriga, amor, desamor, amistad, fidelidad, traición, envidia... Ingredientes muy bien mezclados y mejor, si cabe, escritos.
Digamos que cada pieza encaja con su compañera. No se deja ningún dato en el tintero, aunque el final es más o menos abierto el epílogo nos da una idea de por dónde van los tiros. Así la verdad, da gusto lectores y es que aunque para mí no ha sido una novela que me haya dejado huella, sí me ha conquistado pues me ha tenido más que entretenida y en ningún momento me ha resultado pesada. ¡Hasta la próxima devorador@s!
Agradecimientos Temas de Hoy