Revista Economía

Pestes modernas

Publicado el 26 abril 2014 por Jordi Mulé @jordimule

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En el siglo XIV hubo una gran epidemia en Europa; empezó en Asia y se propagó rápidamente por las rutas comerciales de la época,  rápidamente causó estragos, la falta de higiene sumada al desconocimiento científico y la superstición fueron catalizadores de una de las principales epidemias de la Historia. A todo ello se le sumó una gran crisis económica y una sucesión de largas guerras; resultado, un importante porcentaje de la población europea pereció. Esta epidemia ha pasado a la Historia como la Peste Negra.

Los tiempos cambiaron, por suerte el conocimiento fue ganando terreno a la superstición y todo ello produjo sus frutos; como la Peste es una enfermedad bacteriana transmitida por las pulgas hoy puede ser fácilmente tratada. Gracias al descubrimiento de la penicilina por el doctor Fleming, ésta y muchas otras están prácticamente erradicadas; no es de extrañar que en casi todas las localidades haya una calle que lleve su nombre.

La esperanza de vida actual no es la del siglo XIV; aún así actualmente sufrimos las “pestes modernas“, a saber, las enfermedades neurodegenerativas, el cancer y los accidentes de tráfico. Recientemente nos hemos enterado de dos noticias al respecto, una buena y otra mala. La buena es que han conseguido revertir el progreso del Alzéhimer en ratones, primer paso para revertirlo en humanos; la mala es la trágica muerte de Tito Vilanova, a quien respeto y admiro y que nos recuerda fatalmente que el cancer es como la peste medieval, no tiene en cuenta las clases sociales.

En una época de crisis y recortes, recortar en investigación, concretamente la sanitaria es un grave error. Precisamente ha sido gracias a ella que hemos llegado donde estamos, si no fuera por ella todavía sufriríamos de la peste o la tuberculosis; es por ello que debemos evitar fijarnos en el corto y apostar por los beneficios a largo plazo. Un gobierno que no potencie la investigación y a los investigadores no es que cometa un error, sino que propicia una tragedia indecente. Esperemos que pronto nos demos todos cuenta, nos va mucho en ello.


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