Los pétalos de rosa forman parte del ceremonial clásico, junto con el arroz. Se lanzaban al aire, como símbolo de juventud, de belleza y de amor …Blancos o rojos, siempre elegantes, cuántas novias no han suspirado por un lecho de rosas bajo sus pies el día de su enlace.
Y los pétalos continúan demandándose porque son tan románticos que pocos detalles expresan mejor el sentir alegre y festivo de una boda. Además, los invitados participan en una lluvia llena de colores, de olor y de risas…con el plus añadido de no tener sólo un mano de pétalos en sus manos, sino la presentación de los mismos, finamente acabada.
En cualquier estilo, los pétalos ya no vienen solos, ni en vulgares bolsas de plástico…demos el protagonismo a estos sencillos y livianos detalles, y nuestra boda ganará en encanto.