La escritora Nancy Linn-Desmond dijo una vez: “Fácil es un adjetivo que se utiliza para describir a una mujer que tiene la moralidad sexual de un hombre”.
Y es que todavía demasiado a menudo las mujeres tenemos que cargar con el estigma si decidimos disfrutar libremente de nuestra sexualidad. Pero Petra, el proyecto audiovisual de Ginebra y Alejandra que están financiando a través de una campaña de crowfunding, quiere ir más allá del estereotipo y transformar la mirada hegemónica sobre cómo las mujeres vemos, pensamos y sentimos el sexo.
Hace algunos días pude hablar con Alejandra y Ginebra y esto es lo que me contaron sobre su cortometraje para La Lente Violeta.
- ¿Cuál es el objetivo de Petra?
A: El objetivo principal de Petra es tratar el tema de la sexualidad de la mujer desde un punto de vista más neutral y más femenino. También nos interesa plantear una serie de cuestiones en torno a qué es normal y qué no es normal en relación al sexo y a la mujer. Estamos acostumbrados a una serie de tópicos e ideas preconcebidas, a veces nos olvidamos de cuestionarlas.
G: Además de todo lo dicho por Alejandra, también supone un reto en torno al hecho de hacer un corto. Normalmente la mayoría de directores son hombres, nosotras queremos demostrar que un equipo formado por mujeres también es capaz de hacerlo igual o mejor que un equipo mayormente masculino.
- ¿Cómo surge la idea?
A: Petra surgió por nuestra fascinación común por una película. Hizo que Ginebra y yo nos diéramos cuenta que teníamos una serie de temas que nos llamaban la atención. Charlamos y nos propusimos hacer algo en relación al sexo, una propuesta que fuera un poco diferente a lo que habíamos visto.
G: La película en cuestión fue Shame. A partir de esa película y nuestra fascinación por el hecho de que Steve McQueen convirtiera el sexo en una esclavitud quisimos darle un punto de vista totalmente distinto. La idea era mostrar el sexo desde una perspectiva femenina sin tabús ni hechos traumáticos. Todo el proceso de la idea y de la construcción de la historia fue totalmente colaborativo, todo se hizo entre las dos.
- ¿Qué estereotipos rompe Petra respecto a la sexualidad femenina?
A: Petra muestra a una mujer que no es ni una ninfómana ni una remilgada. A Petra le gusta el sexo, disfruta el sexo y piensa en sexo. Como cada mujer. Eso no la convierte en nada. A veces juzgamos demasiado y nos quedamos en la superficie. Hay que ir más allá. Más que romper con estereotipos, Petra invita a cuestionarlos.
G: Petra busca realismo mediante la ficción cinematográfica. PETRA pretende ser un poco todas las mujeres, todas somos complejas, más allá de nuestra apariencia, así que intentamos romper todo los que nos hace definir a la ligera a una persona cuando la ves por la calle sin conocerla de nada.
- ¿Qué visión creéis que han aportado hasta ahora los medios audiovisuales sobre esta temática?
A: Por lo general, la mujer ha sido posicionada en los extremos y casi siempre desde un punto de vista masculino. Siempre se juzga más a una mujer en relación al sexo que a un hombre.
G: A pesar del intento de mostrar lo mucho que ha avanzado la posición de las mujeres en los últimos años, lo cierto es que las cúpulas del poder, no tanto político como económico, siguen dominadas por hombres con la misma mentalidad de hace 40 años. En la ficción hay algunas películas sobre mujeres fuertes, pero desde un punto de vista masculino.
- ¿Consideráis que los hombres y las mujeres viven la sexualidad en igualdad de condiciones y libremente?
A: Digamos que estamos mejor que hace algunos años, pero todavía queda mucho mucho que mejorar. Quedan muchas ideas preconcebidas y estereotipos que derribar. Pero, como todo, poco a poco… Queremos que Petra sea un pequeña aportación a este avance.
G: No estamos en igualdad de condiciones. Los hombres siguen teniendo mucha más libertad, tanto en hacer las cosas como en explicarlas sin ningún pudor. Las mujeres seguimos escondiendo estos temas y bajando la voz cuando hay que hablar de sexo. La razón es claramente cultural y la influencia de la religión ha hecho daño. Por suerte, también creo que parte de nuestra generación y la que viene detrás tiene las cosas bastante claras e intenta derrocar esas diferencias.
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Nota para reflexionar: Es cierto que muchas veces nos cuesta reconocerlo incluso en nosotras mismas, pero son muchas las mujeres (jóvenes y no tan jóvenes) que de una u otra forma han sufrido en sus carnes lo que se ha denominado en los últimos tiempos como bullying sexual.
En uno de sus boletines, titulado “Súper POP, piscina y maloschicos”, Erika Irusta R., pedagoga especialista en Educación Menstrual y creadora de El camino rubí
“Las relaciones sexuales con los hombres (en esta sociedad) elaboran la identidad a las mujeres. Eres mujer en tanto te relacionas sexualmente con hombres y dependiendo de tu comportamiento: muy sexual- nada sexual eres más o menos apta.
Además nosotras regulamos el comportamiento de las demás para que no se pasen de la raya, para que estén dentro de la normalidad. Si una mujer es muy sexual, tanto que la ilusión de controlar su deseo se nos escapa de las manos, crearemos un imaginario en el que estos comportamientos se sancionen. Puede ocurrir lo mismo con aquella que tiene una sexualidad que se sale de la norma. Esto es: asexual, lesbiana o bisexual.
Ser la puta de la clase o la puta del verano no pasa de moda. Muchas adolescentes pasan por ello. Algunas de ellas acaban rompiéndose. Algunas, incluso, se han suicidado por esto. Es el caso de Rehtaeh Parsons, Audrie Pott, Amanda Todd o Phoebe Prince, entre otras. Ser humillada por la orientación de tu deseo es bullying sexual. Ser tratada como una paria por tu práctica sexual es un tipo de maltrato. No es una simple cosa de chicas que ya se pasará. Pero pensemos: ¿qué cargamos dentro de la palabra puta?”
Sobre este tema además me gustaría recomendar la película mexicana Después de Lucía (Mejor película en la sección “Un Certain Regard” del Festival de Cannes 2012, Mención Especial en el Festival de San Sebastián (Sección Horizontes Latinos), Premio Especial del Jurado en el Festival de Chicago y premio al Mejor director en el Festival de La Habana en el mismo año) dirigida por Michel Franco y protagonizada por Tessa Ia. Una película durísima y cruda, paralizante e hiriente, sin duda, pero que ilustra sin concesiones las más nefastas consecuencias de este fenómeno.
Pero Petra, por suerte, no es Lucía. Petra es una mujer libre que vive su sexualidad como le apetece en cada momento. Y ahí es donde radica la ruptura de este proyecto. Ojalá la realidad se acerque cada día más a esa libertad…