Por Petra Saviñón
Un patanísta está regao porque la Dirección de Migración y el Ejército lo sorprendieron cuando daba una bola a un hombre y a una mujer haitianos sin documentos y lo obsequiaron con una multa de 107 mil pesos.
Por la facha de las personas, venían de trabajar pero las autoridades culparon al conductor de tráfico de indocumentados y lo sancionaron, lo que motivó a que instara en un audio a sus colegas abstenerse de llevar en sus vehículos a extranjeros ilegales.
Como está el fogón, hay que andar con cautela con el tema haitiano, atizado por reacciones extremas de los defensores y los detractores de las repatriaciones.
Las declaraciones de representantes de uno y otro sector alteran el equilibrio, en un asunto tan sensible en cuanto a derechos humanos y deberes estatales.
Falta coherencia de todos lados, hasta de las autoridades, que deben mandar señales claras de que hay intención de hacer las cosas bien y no puro aparataje, con deportaciones que a veces después de que la camiona arranca no pasan de un par de esquinas, o del vacacional de Haina.
Claro esto, tras el supuesto saldo de entre cinco y 15 mil, que organizaciones han denunciado a voces y que nadie desmiente.
Mientras, los camioneros y conductores de otros vehículos que no den bola a gente sin estatus legal, porque según los propios haitianos eso es materia de ciudadanos que sí tienen protección para subir, no a dos, a montones sin que nadie los detecte.Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana.
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