El Pez gato negro es una curiosa especie del mismo orden que el Siluro, aunque apenas sobrepasa los 40 centímetros. En Aragón no se han localizado ejemplares que superasen los 25 centímetros y sin embargo, en Norteamérica, de donde es originario, superan los 60 centímetros y los 3’5 Kg. de peso. Se trata de un pez sin escamas aunque tiene su cuerpo recubierto por una abundante mucosidad. La coloración del dorso es muy oscura, casi negra, con tonalidades doradas en los costados y de color amarillento claro en la parte ventral. Posee una cabeza grande y una gran boca, alrededor de la cual tiene cuatro pares de largos barbillones. Tiene dos aletas dorsales, la segunda de ellas adiposa, al estilo de los salmónidos. El primer radio de la aleta dorsal y de las pectorales está acabado en punta a modo de espina o aguijón afilado que le sirve como sistema defensivo, muy doloroso si nos lo clava cuando lo manipulamos. Se reproduce a finales de primavera o comienzos de verano, cuando la hembra deposita entre 2.000 y 5.000 huevos en una pequeña oquedad en el sustrato. El macho cuidará y defenderá los huevos mientras dure la incubación, algo menos de dos semanas, y hasta que se dispersen los alevines.
Se trata de una especie típica de aguas estancadas o lentas y fondos blandos de limos con abundante vegetación, ramas, piedras y otros elementos sumergidos que le provean de protección. Estas condiciones se dan en galachos y numerosos puntos de aguas remansadas de los tramos bajos de los principales ríos aragoneses. Soporta muy bien la contaminación, la escasez de oxígeno en el agua y las altas temperaturas, incluso superiores a 30ºC.
Originaria de Norteamérica, desde los Grandes Lagos hasta el Norte de Méjico, en la actualidad está presente en gran número de países a causa de introducciones. En España fue introducido a principios del siglo XX en el Noreste de la península, citándose entonces en ríos como el Ebro, Besós, Ter, Oñar, Tordera o Cinca. Hoy aparece distribuido también por otras cuencas como el Tajo, Júcar o Llobregat, entre otros. Se trata de una especie omnívora, consumiendo vegetales, invertebrados y pequeños peces, considerada como muy voraz, por lo que puede llegar a ser perjudicial para el equilibrio ecológico de nuestro río y sus especies autóctonas. Es una especie considerada objeto de pesca en Aragón, aunque poco valorada, no así en otros países, donde resulta muy apreciado.