Foto obtenida de Que Leer
Philip Roth . La vanguardia
Cuando encuentro un autor que me gusta, me lanzo a su obra. Me gustan los clásicos, eso es un problema. Las obras se acaban y me quedo con la pena de no poder volver a recurrir a ese autor que tantos ratos ha compartido conmigo. Lo sustituyo por otro y vuelta a empezar. Eso no pasa con los vivos, escriben, continúan tejiendo historias que yo espero con la avidez de un peregrino en el desierto que se lanza sobre el agua para calmar su sed. Al menos un rato. Hasta la siguiente.
Eso me pasaba con Roth. Y con Zuckerman. Aunque este último fuera sólo un personaje dedicado a escribir nacido de la mente de un autor. Roth reinventó su mundo dejando pistas para sus lectores y asomando a ellos a través de sus distintos personajes. Lo conocí de la mano de Portnoy y sus notas de psicoanálisis en las que rebelaba una profunda obsesión por su madre. Tal vez un obseso con una particular visión del mundo que reinventó el concepto de la provocación a través de sus vivencias de judío americano. El lamento de Portnoy reza el título con el que tomé contacto con el autor y del que salí desconcertada y me hizo aterrizar en la siguiente lectura. Así conocí Kepesh y seguí la senda de la obsesión y el deseo, acercándose al mundo de la literatura con él. Supongo que si esto fuera un examen de esos que exigen condensar un personaje a apenas unas pocas palabras diría que aprendí a ver la lujuria desde la madurez, la senectud y... porqué no, también desde el humor. Es imposible no recordar como en El Pecho se convertía en un pecho gigante. Todo es posible en la literatura, las metamorfosis se suceden en este campo desde hace años. Y acabé tropezando con Zuckerman. Zuckerman es el Roth literario, el que está dentro de sus libros. Se palpa el paralelismo de sus biografías, los sentimientos que despiertan en los lectores, los análisis que se desprenden de sus letras. Zuckerman toma vida y visita a Rushdie en La tierra bajo sus pies para dejar claro que puede existir en un mundo paralelo.Fue encadenado y desencadenado de mano de su padre literario, nos presentó su propia visión de América y, finalmente, lo vimos luchar contra su desaparición en Sale el espectro.
Nos ha dejado Pastoral americana, Me casé con un comunista, Elegía... El animal moribundo... horas de lecturas extraordinarias, de esas que hay que leer y que no decepcionan una vez leídas. Hemos visto reinventarse la historia, revisado el "sueño americano", hemos pasado la polio y hemos visto a sus personajes caer.
Dice Philip Roth que empezó a escribir llevado por la curiosidad. ¿Y si... hubiera pasado tal o cual cosa en lugar de lo que realmente sucedió?, ¿y si sucediera tal o cual cosa mañana? Yo también lo he leído por curiosidad. Cada vez. En cada libro mientras, a medida que me iba faltando menos para terminar ya hacía cábalas sobre el siguiente.
Hace apenas unos días anunciaba su retirada del mundo de las letras. Uno de los grandes nombres de la literatura contemporánea, avalado por lectores, crítica y premios nos sorprendía al anunciar que dejaba de escribir dejándonos a muchos sin calendario que mirar esperando una nueva lectura. Por eso mi homenaje, para invitaros a conocer a Roth. Por su prosa, su sátira, su manejo de los personajes, porque hace reír y también pensar. Y porque, según mi opinión, es uno de los autores imprescindibles contemporáneos.
He dedicado mi vida a la novela: he estudiado, he enseñado, he escrito y he leído. He dejado fuera casi todo lo demás. Ya basta. Ya no siento ese fanatismo por escribir que sentía antes.
Philip Roth Les InRocks
Y digo yo...
Querido Roth,
Parece que al final si encontraste la manera de dejar de escribir. Aunque... tal vez lo reconsideres, ¿verdad?
Y vosotros, ¿habéis leído algo de Philip Roth?
Gracias