Dicen que todo deportista sueña con ser olímpico, y que todo olímpico sueña con volver a serlo, y parece que ese sueño de olimpismo no se limita al deporte. Si en Albertville 1992 Francia apostó por el que entonces era "el diseñador de moda" para crear la antorcha encargada de llevar la llama olímpica desde París hasta los Alpes franceses sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, ahora un Philippe Starck más que consagrado ha vuelto a aceptar el reto y ha diseñado la medalla para los Juegos Olímpicos de París 2024.
La petición expresa de Tony Estanguet - expiragüista, tres veces medallista olímpico y actual presidente del comité organizador de París 2024 - es la que llevó a Starck a embarcarse en la aventura olímpica por segunda vez. Bajo el lema "Made for sharing" - "Hecho para compartir" - el diseñador francés ha ideado las medallas como una recompensa a un resultado colectivo, de tal forma que, según palabras del propio Starck, "el medallista podrá tomar su medalla, dividirla para dar paso a otras tres medallas para ofrecer a sus seres queridos como testigo de este gran día, de este gran momento de auto superación".
A falta que el Comité Olímpico Internacional lo confirme en septiembre, tras la renuncia de Los Ángeles - que organizará los Juegos de 2028 -, París queda como única candidata a tomar el relevo de Tokio 2020 y albergar las Olimpiada de 2024, lo que parece indicar que casi con total seguridad, en unos pocos días la medalla de Starck dejará de ser la medalla de la candidatura y pasará a ser la medalla oficial de los XXXIII Juegos Olímpicos de la era moderna.
Fuente: Expansion.com