Revista Cultura y Ocio

Phobia. Wulf Dorn

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Phobia. Wulf Dorn
     "El angosto piso, de dos habitaciones, estaba oscuro y mohoso. La luz grisácea de la primera tarde de diciembre apenas lograba abrirse paso por la única ventana de la cocina. Al otro lado, una sucia fachada obstruía las vistas. Daba la impresión de que pocos metros más allá del muro, tiznado de hollín, sólo podía hallarse el fin del mundo."
     Y si ayer hablaba de portadas feas, hoy de impactantes. Este tipo de portadas que suelen atraer una primera mirada de alguien que, tal vez, se convierta en futuro lector, prometiendo en una sola imagen una lectura de esas que dicen adictivas. Hoy traigo a mi estantería virtual, Phobia.
     Sarah vive recluída en sus propios miedos, aunque lo hace en una casa en un barrio residencial y con su marido y su hijo, un matrimonio aparentemente perfecto. Una noche que su marido está de viaje, Sarah oye su coche llegar. Decide bajar a preguntarle el motivo de su regreso y en la cocina se encuentra a un hombre con la ropa de su marido, siguiendo las rutinas de su marido y que la traa como si fuera su marido... pero que no es Stephen. Se trata de un hombre con el rostro desfigurado al que no había visto jamás. Sarah, entonces huye protegiendo a su hijo para llamar a la policía que se muestra escéptica con la historia. Pero hay una cosa más: el marido de Sarah, ¿dónde está? Sarah entonces recurre a un amigo de la infancia, algo está sucediendo.
     Una fobia es un miedo irracional capaz de incapacitar total o parcialmente a una persona. Y ese es el juego del autor: las fobias, los miedos. El miedo de Sarah, el de su amigo Mark, incluso el miedo del misterioso hombre de la cocina. Todo el mundo teme a algo y, en la mayor parte de los casos, ese miedo es a perder. Ya sea la relación que tenemos, el trabajo o la vida, el miedo es un sentimiento que debemos de mantener bajo control para que no condicione nuestras decisiones.
Partiendo de esa idea y con Mark como un especialista en fobias que ha dejado de lado su labor profesional al perder a la mujer que ama, Dorn monta una historia que arranca fuerte desde las primeras páginas. No nos coloca un muerto, se limita a insinuar una usurpación de personalidad y comenzar un juego que será la constante de la novela: un juego que establece con un lector inquieto que no puede dejar de preguntarse qué narices está sucediendo y por qué. No necesita colocar a sus personajes al borde de la muerte para que queramos seguir leyendo, porque ya lo ha conseguido al presentarnos la acción. De este modo, las páginas del libro vuelan mientras vamos profundizando en los protagonistas; incluso el misterioso hombre del rostro desfigurado será expuesto ante nosotros para ser juzgado. El autor deja eso en nuestras manos desdibujando a ratos la línea de la maldad a través de las motivaciones, como también desdibuja la de la bondad ahondando en el minado terreno de los secretos. Y Mark como constante del personaje que repite y que volverá, si hacemos caso al final de la historia. Un hombre que me ha parecido relativamente gris, y quizás precisamente por eso, real.
     Phobia es en conjunto una historia para pasar el rato, entretenida, para no pensar ni buscarle las vueltas y que cogemos con la seguridad de que no durará más allá de un par de tardes. Uno de esos productos de consumo que mezclan la intriga y los giros para procurarnos un buen rato a la sombra en verano... o al calor de una manta en invierno. Sin más. Y, a veces, no hace falta más.
     En este caso estamos ante una novela a varias voces, lo que nos hace conocer al malo en lugar de tener que buscarlo como suele ser la opción general, llevando al lector a elucubrar casi tanto como su protagonista. Así que decidme, ¿sois de los que buscan al culpable cuando leen novela negra?
     Gracias.

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