Martes 18 de octubre, 20:00 horas. XX Semana de Música Cajastur, Centro Cultural CajAstur de Mieres. Forma Antiqva: "Concerto Zapico". Entrada libre, aunque apenas medio aforo.
Mi pueblo no podía quedarse fuera de esta semana de los Premios Príncipe de Asturias y menos perderse el placer de volver a escuchar los hermanos Zapico en su forma original, casi me atrevería a cambiar el título de la entrada por "Aún queda cuerda para rato".
El programa, original en presentación y planteamientos, lo tienen tan dominado que siempre resulta nuevo, van aportando detalles sutiles y su satisfacción en el escenario interpretándolo la transmiten al público. La madurez está llegando en todos ellos y poder disfrutar con lo hacen es algo digno de destacar.
El repertorio está hecho a su medida, los arreglos sacan de los instrumentos sonoridades plenas con una gama de matices realmente destacable, y logran sonar compactos cuando suena el trío, virtuosos en sus solos, ensamblados a dúo y sobre todo inimitables sin perder nunca ese toque de humor y guiños cómplices realmente envidiable en obras festivas donde la danza casi nos mueve de las butacas.
Los cinco bloques pasan revista a sus autores "de cabecera" de España e Italia (José Blasco de Nebra, Santiago de Murcia, Diego Ortiz con Ludovico Roncalli, Bernardo Pasquini, Domenico Scarlatti) sin faltar el "condimento" Kapsberger y las formas elegidas donde destacan fandangos y folías, sin olvidarse pasacalles, ricercadas, diferencias y sobre todo las improvisaciones tan del gusto barroco que da gusto redescubrirlas cada vez que los escucho en vivo.
Imposible y demasiado extenso analizar todas y cada una de ellas, un "Menú de los sentidos" apetitoso con cinco "platos" bien condimentados y magistralmente cocinados, sin olvidar la presentación donde el cambio de dos "especias" más que "ingredientes" es capaz de mantener el mismo paladar del danzar barroco:
La velada por fandangos comienza (los siempre fieles Blasco y Murcia)
pero sin ser todo del diablo su son... (añadir la magia Kapsberger)
y con alguna fina sutileza... (con Roncalli cual sorbete de limón)
siguen bayles populares de salón... (se suma Pasquini con Diego Ortiz)
para poner fin así como empieza (el postre gallego de Sebastián y el Fandango Doménico).
Todavía tendríamos un último baile de despedida tras una hora abundante de mesa y mantel.
La acústica para el público buena, incluso con armónicos producidos que redondearon un buen menú, y sobre todo: redescubrir el registro de laúd en el Clave del Zapico Mayor que logró "hermanar" a la perfección, la Tiorba de Daniel siempre sorprendente en todas sus intervenciones tanto solistas como de bajo continuo e incluso rítmicas, y la Guitarra de Pablo cada vez más impactante por presencia y equilibrio dentro del trío, auténtico todoterreno.
Un andaluz diría que este martes estuvieron "sembraos", pero de todo quiero destacar el momento dulce de Aarón cuyos ornamentos desde una técnica depurada me sonaron como el toque de Chef más allá del famoso perejil de Arguiñano. Siempre un placer escucharlos, aún más en directo y en mi casa que también es la suya. Gracias Zapico's.