Revista Insólito
El Museo Picasso presentaba este verano la primera exposición monográfica de autorretratos del artista malagueño. La muestra ha recogido 90 obras: óleos, dibujos, grabados, fotos... Una veintena son del Museo Picasso, que celebra su 50º aniversario; y el resto cedidas por la National Gallery de Washington, la galería de Praga, el Metropolitan y el MOMA de New York, del que procede el óleo de 1901 que da título a la muestra “Yo Picasso”. Lo pintó a los 20 años y lo firmó con un contundente «Yo», en un ejemplo de su temprano «ego», y del vigor y autoconfianza que ya demostraba como artista…
La exposición recorre 77 años de su vida; desde su llegada a Barcelona en 1895, a los 13 años, hasta 1972, con 91 años. Y transita por toda su carrera, reflejando inquietudes, obsesiones y fantasías. Con estética pre-cubista en potentes trazos malvas, rojos, verdes y negros, el rostro cadavérico y devastado por el tiempo de un Picasso de 91 años, ya muy enfermo, no mira al visitante. Sus ojos, vacíos, de grandes órbitas, tienen una mirada abrumadora que vislumbra la muerte, que él sabía cercana y que le llegaría meses después, en 1973. Este autorretrato, del 30 de junio de 1972, el último que pintó el artista malagueño, cierra “Yo Picasso - Autorretratos”, la primera gran exposición monográfica sobre su obra, algo realmente espectacular, junto al estraordinario contenido del Museo.
Muchos autorretratos reflejan su realidad más íntima. Como el momento en que supo del suicidio de su amigo Apollinaire (1918), o situaciones domésticas que no podía hacer públicas, como los problemas conyugales con su mujer Olga Koklova, las infidelidades de su amante Marie-Thérèse Walter, el abandono de Françoise Gilot (La sombra sobre la mujer)...
Otros son más mundanos, bohemios y erótico-sexuales, con mujeres del Moulin Rouge que evocan a Toulouse-Lautrec, salidas nocturnas a burdeles y desnudos, como en el que aparece tocando la nalga de una celestina.
La muestra ha contado con la participación de la familia del pintor, y recoge su amor por Barcelona. En el grabado "Retorno a los orígenes", de 1968, fotografía a tres mujeres desnudas en la Fuente de Canaletas…
De la sección del autor en "Curiosón": Del Cristo al Tibidabo