He aquí que hemos cambiado de año.
Constantemente estamos de cambio y siempre estamos presentes.
Los objetos que contemplamos con frecuencia están impregnados de nuestros latidos y aún cuando pasemos los ojos por los mismos lugares sin percibir su presencia parece que nos llaman y quieren conversar con nosotros.
Las montañas que pisamos, comparten acaso para siempre nuestro espíritu, nuestro sosiego, nuestras inquietudes. Seguramente, las montañas podrían mantener una conversación sobre nuestra fatiga y nuestra entrega antes de sentarnos en la cumbre a contemplar la infinitud de la tierra que desde sus cimas se contempla y se intuye.
Cuando vemos los objetos, cuando contemplamos las montañas, cuando volvemos a las manecillas del reloj siempre inquietas y siempre sobre la misma pared, estamos conviviendo con nuestros recuerdos, con las personas a quienes queremos y recordamos en esos lugares, vemos a nuestros hijos cuando eran niños, nos vemos a nosotros hace decenas de años.
Somos el fluir del aire que parece siempre el mismo, aún cuando sabemos que mueve distintas hojas cada final de otoño; sentimos que el tiempo se repite entre el sosiego y la ilusión del futuro; sentimos la fraternidad humana porque todas las personas somos iguales desde la misma raíz de la naturaleza humana, desde el mismo abrazo del Padre Dios…
En las proximidades de la cumbre.Aquí estoy, en la cima del Pico Humión en los Montes Obarenes de las Merindades de Burgos, cuando el año es nuevo y vive de los recuerdos recientes de su antecesor.
Debajo del Humión, el río Ebro siempre cantando entre sus llanuras y sus meandros. La sombra que aquí aparece es la de Jose, mi compañero de las montañas de quien aprendo cada día a respirar caminos hacia el futuro y hacia la PAZ.
Mientras subo desde el pueblo de Cubilla de la Sierra al Puerto de las Jarillas resuena en mi mente el oratoriodel “Martirio de Santa Eugenia” compuesto el año 1722 por músico Nicola Porpora (Nápoles 1686 – 1768), músico de elegancia en sus composiciones y riqueza en la estructuración de las voces. En la lejanía destacan otras montañas, Gorbea, Amboto, Beriáin, Espigüete, Curavacas… y el mundo imaginado en toda su amplitud.
Javier Agra.