Revista Cine

Pídala Cantando/LVIII

Publicado el 07 agosto 2013 por Diezmartinez
Pídala Cantando/LVIII Un lector, emocionado porque acababa de ver La Meglio Gioventú, me ha preguntado si tenía algo escrito de esa magistral cinta y/o teleserie italiana. Sí, claro: escribí de ella en el desaparecido sitio cinevertigo.com y apareció en mi top-25 de lo mejor de la década pasada. Lo que escribí en su momento de La Meglio Giuventú, acá abajito:
Sólo por televisión de la paga se ha podido ver en México. Me refiero a La Meglio Gioventú (Italia, 2003), ganadora en Cannes 2003 como Mejor Película en la sección paralela Una Cierta Mirada, además de contundente triunfadora en los Donatello 2004 –el Óscar de la industria fílmica italiana- con seis premios, entre ellos el de Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Director. La Meglio Gioventú (Lo Mejor de la Juventud en el idioma de Cervantes) fue concebida por la célebre compañía televisiva RAI como una teleserie de seis horas de duración, con cuatro capítulos de 90 minutos. Como a los ejecutivos de RAI les pareció que el resultado era “demasiado intelectual”, decidieron no exhibirla en la pantalla chica. A uno de los productores se le ocurrió enviar las seis horas a Cannes e inscribirlas como un solo filme en Una Cierta Mirada. La cinta fue la gran sorpresa en Cannes 2003 y esto animó a RAI a estrenarla en la pantalla grande en Italia, en dos partes de tres horas cada una. ¿Resultado?: no sólo obtuvo media docena de Donatellos, sino que se convirtió en un inesperado hit taquillero, además de ser distribuido a buena parte de los cines de Europa. La teleserie es una absorbente crónica familiar/histórica que inicia en Roma a mediados de los años 60 y que continúa a través de las décadas por Turín, Sicilia, la Toscana, Florencia y hasta la isla volcánica de Stromboli, hasta llegar al nuevo siglo. A través del capcioso guión escrito por Stefano Rulli y Sandro Petraglia, somos testigos de los idealistas años 60, de la turbulenta época de las Brigadas Rojas de los 70/80, del difícil combate a la corrupción de los 90 y del triunfo pan-europeo del siglo XXI. Roma, 1966. Dos hermanos, Nicola (Luigi Lo Cascio) y Matteo (Alessio Boni, con la apostura de un Terence Stamp juvenil), estudian en la universidad. El primero se gradúa como médico y decide irse de mochila al hombro a Noruega. El segundo, aunque buen estudiante de literatura, abandona la escuela para inscribirse en el ejército. La suerte de los dos hermanos se irá entrecruzando con el propio devenir histórico de Italia: ante el intento fallido de salvar a Giorgia (Jasmine Trinca), una joven enferma mental, Nicola y Matteo toman caminos diferentes, encontrados. El primero decide encausar su idealismo y se convierte en un psiquiatra/activista que lucha por mejorar las condiciones de los asilos mentales italianos. El segundo, melancólico y misántropo, se encierra en sí mismo, se une voluntariamente en el ejército y termina como policía antimotines en el periodo más violento de la Italia contemporánea. La Meglio Gioventú es una alegoría histórica que me hizo recordar los mejores momentos de la temprana obra de Carlos Saura. Después del fracaso de rescatar a Giorgia (¿Italia?) los dos hermanos se dividen (¿la metáfora de una bota italiana fatalmente partida?) y enfrentan su propia vida (¿la transformación del país?) de una manera radicalmente distinta. En todo caso, más allá de esta lectura sociopolítica, la teleserie/cinta dirigida por Marco Tulio Giordana es, también, una conmovedora saga familiar que nos atrapa desde el inicio para no dejarnos tranquilos hasta seis horas después, cuando vemos que la única manera que tenemos para sobrevivir es reconciliarnos con nuestro pasado y con nosotros mismos. En el momento en el que Nicola logra superar la sombra de su inescrutable hermano Matteo es cuando se encuentra, de nuevo, con la felicidad. Ahora sí, ya puede gritar, otra vez, que todo lo que existe es bello.

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