Una de las muchas cosas que se nos enseña desde jóvenes es aquello de "pide y se te dará". Mensaje que se nos va quedando grabado en lo más profundo de nuestra mente y hace que el llamado pensamiento positivo invada a todo el mundo. Por fortuna para ellos, de esto hay mucho en los libros de auto-ayuda, los cuales tienen incluso una sección propia en todas las librerías. Lo malo es que esto hace que de tanto pensamiento positivo, a uno le entren ganas de mandar todo a tomar viento, porque hay gente que se cree a pies juntillas todo lo que lee y escucha, y cuanto uno tiene un problema te viene con cualquier tontería leída en cualquiera de estos libros, gracias a los cuales sus autores han ganado una buena cantidad de dinero, con lo cual es muy fácil dar consejos, y es que cuando tienes la cuenta corriente bien surtida, pues como que es muy fácil aconsejar y decirle a todo el mundo que ha de pensar en positivo, lo cual no siempre funciona. Y es que ¿cuánta gente que hace pensamiento positivo acaba consiguiendo lo que realmente quiere?
Y muchos os preguntaréis: ¿A qué narices viene todo este rollo? Pues muy sencillo. Hará como una semana leí una noticia en la que decía que una niña que había nacido sin manos había ganado un concurso de caligrafía gracias a unas prótesis. El resumen de la noticia vendía a ser algo así como que "nada es imposible". Pues lo siento, pero sí que hay cosas imposibles y cada cual tiene las suyas propias. En mi caso, pues creo bastante poco probable que me ponga a entrenar y supere a gente como Usain Bolt en una carrera o que cumpla las condiciones básicas para ser astronauta. Y es que, qué queréis que os diga, esto del pensamiento positivo me parece muy bien (mejor pensar en positivo que no pensar que la cascarás esta noche mientras duermes), pero también hay que ser mínimamente realista. La verdad, no me veo comenzando a estudiar físicas o medicina y ganando el premio Nobel o dirigiendo algún importante hospital por mucho que quisiera.
En definitiva, que si bien está bien que todos pensemos en cosas positivas, al mismo tiempo hemos de ser conscientes del hecho de que, por mucho que queramos o deseemos una determinada cosa, de igual manera que existe la posibilidad de que nos ocurran cosas positivas, también hay la posibilidad de que nos ocurran cosas negativas.