Revista Salud y Bienestar

Piden que se considere enfermedad el Síndrome de Electrohipersensibilidad

Por Miguel @MiguelJaraBlog

El viernes pasado se celebró en Madrid, en la Oficina del Parlamento Europeo, la Jornada “¿Hacia un reconocimiento integral de la electrohipersensibilidad en Europa?”. Reunió a científicos, médicos, políticos y afectados por los campos electromagnéticos para explicar en qué consiste este síndrome neurológico que cada vez padecen más personas.

ehs electrosensibilidad electromagnéticaEn efecto los campos electromagnéticos pueden provocar daños en el sistema nervioso central. El médico e investigador del biolectromagnetismo Ceferino Maeztu aseguró que existe un aumento exponencial de la Electrohipersensibilidad (EHS) en los últimos años.

Si bien la enfermedad no existe como tal, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún estudio si incluirla en el índide de patologías, países como Suecia lo reconocen.

La OMS considera el síndrome como psicógeno, que los afectados se lo inventan, vaya. Pero para  Maeztu:

nada más lejos de la realidad. Los que hoy no son ehs mañana lo pueden ser porque nadie nace así”.

La citada organización, en un documento de 2011, reconoce la existencia de este peligro y pide que no nos expongamos mucho a los campos electromagnéticos pero no queda claro qué es exponerse mucho.

El problema es que no se puede establecer fácilmente una relación causal entre la exposición y sus consecuencias pues cada persona responde de manera diferente ante frecuencias, niveles de radiación, intensidades y no se puede conseguir una misma respuesta, “gran error que se ha cometido en la evaluación del problema hasta la fecha”, señaló este médico.

Otro problema es que en este ámbito, como en tantos otros, la industria va muy rápido y la investigación independiente no cuenta casi con recursos y por eso va lenta. Además, no existen marcadores biológicos para definir bien la EHS aunque se investiga en alteraciones del sistema inmune.

Y no es bajo el número de personas afectadas. Se calcula que entre el 3 y el 5% de la población padece en algún grado la hipersensibilidad a los campos magnéticos, unos 13 millones de europeos. Otra característica del EHS es que no existe curación, no puede tratarse. Lo único que uno puede hacer es no exponerse a las ondas, cosa harto difícil en una sociedad llena de antenas de telefonía, de WiFi y demás tecnologías para las comunicaciones inalámbricas, que nos hacen la vida más fácil pero que ofrecen un impacto que hay que conocer y remediar.

Maeztu explicó un trabajo que ha hecho llamado Estudio provocado doble ciego en pacientes con manifestaciones subjetivas EHS mediante MEG 2014. ¿Su conclusión? Que hay que reducir mucho los niveles de radiación actuales porque hoy no conocemos con exactitud la respuesta del organismo a las ondas electromagnéticas. Y que hay que reconocer la EHS como enfermedad y establecer áreas limpias para quienes están en fase aguda puedan vivir con dignidad.

Bernardo Hernández Bataller, del Comité Económico y Social (CESE), un órgano institucional de la Unión Europea (UE) habló de la similitud de la EHS con otros problemas como el tabaco o el amianto que carecían de “evidencias científicas” y luego se han regulado.

No podemos crear en nombre de la tecnología grupos de población excluida de la sociedad”, dijo.

Comentó la resolución 1815 del Consejo de Europa sobre los peligros de los campos electromagnéticos y su impacto en el medio ambiente, “informe que todo el mundo intenta acallar”, explicó.

Cuando algo es irrefutable se abre un escenario jurídico pues entonces hay que ver quién es el responsable de los daños y quién paga las indemnizaciones”, argumentó.

Y puso como ejemplo de compromiso con el asunto a Francia, que hoy tiene una ley sobre exposición a campos electromagnéticos. Bataller pidió un cambio de enfoque:

el origen de los males será el que quieran pero hay un colectivo que sufre y hay que mejorar su calidad de vida, no debe de permitirse su exclusión social y hay que evitar que el colectivo pueda crecer”.

El EHS afecta a derechos fundamentales: dignidad de las personas, integridad física, libertad, trabajo, protección de la salud, por eso

no se va contra el progreso pero éste no puede llevarse por delante a una parte de la población y amenazar al resto. Hay que compatibilizar la evolución tecnológica con los derechos personales y sociales”.

El CESE observa divergencias serias en los dictámenes científicos sobre el impacto de la contaminación electromagnética y por ello existe la necesidad de una mayor independencia y evitar conflictos de intereses.

El CESE es partidario de crear una norma protectora y vinculante para reducir la exposición a radiaciones.

Abandonar el camino de la recomendación de la UE que data de 1999 y que no ha sido útil -manifestó-. Ante la duda científica hay que aplicar el principio precaución y el principio Alara (niveles de exposición tan bajos como sea posible)”.

Pero a pesar de que el CESE trabajaba en un dictamen que merecía la pena finalmente no fue aprobado en segunda instancia en un claro caso de lobby y conflictos de interés.

Electrosensibilidad ehs electromagnéticaEn el evento también habló la política francesa Michèle Rivasi, del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, que explicó los lazos de la industria con los científicos que trabajan en las comisiones de la UE dedicadas a estos temas.

En su página explica los conflictos de interés con datos. Luego esos científicos son los que dicen que no hay impacto en la salud.

Rivasi propone “echar a esos expertos”. Esta mujer persistente ha recorrido todas las instancias luchando contra esas influencias nocivas y quiere acudir a la Oficina antifraude para levar el tema de los lobbies y los citados conflictos.

Contó también qu hay una petición de más de 200 científicos para que la OMS reconozca la EHS como enfermedad.

En Francia existen entre 3.000 y 4.000 electrosensibles y para ellos en el sur de Francia están creando una zona blanca. El país vecino está reconociendo la minusvalía de los EHS.

Florent Marcellesi, de Equo, dijo que el marco legal de la contaminación electromagnética en España es incompleto y se preguntó:

¿Qué valen más los beneficios de las empresas o los derechos de las personas? Hay que volver a centrar la Ciencia en las personas”.


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