El pie equino, también conocido con otros nombres como pie zambo, pie equinovaro, se puede definir como aquel pie que está situado en una posición de flexión plantar permanente, es decir, el pie se encuentra estirado hacia abajo siguiendo el eje de la pierna.
Generalmente, a la vez que existe posición equina (pie “caído” hacia abajo) hay deformidad en otros planos y ejes del pie. Por ejemplo, el pie equinovaro es aquel que está en posición equina y tiene un componente de varo, que quiere decir que el pie se encuentra volcado hacia fuera mostrando la planta del pie hacia el centro del cuerpo y con una deformidad convexa por la cara externa del pie.
Causas del pie equino
Las causas que pueden producir el pie equinovaro son muy diversas, las más importantes son las siguientes:
- Causas relacionadas con alteraciones neurológicas.
- Causas congénitas, es decir, el individuo padece estas enfermedades desde el nacimiento.
- Causas traumáticas.
- Causas relacionadas con procesos reumáticos.
Existen pies equinos de menor gravedad que los anteriores que vienen producidos por el mantenimiento constante del pie en mala posición. Por ejemplo, el uso continuo de zapatos de tacón alto a largo plazo hace que la musculatura posterior de la pierna y del pie esté acortada y el pie se encuentre en equino.
Mecanismos de producción
Dentro de las causas congénitas, el pie equino está considerado como una de las deformidades más importantes del pie en el nacimiento. Se debe a que es una de las malformaciones más frecuente en los pies. Además, es fácil que se produzca en los dos pies a la vez. Para explicar el porqué se produce esta deformación al nacer hay varias teorías:
- Teoría genética: tiene relación con la herencia. Se piensa que existe un gen que es el responsable de la aparición del pie equinovaro y que por tanto pasa de padres a hijos, pero no hay ningún experimento que lo demuestre con certeza.
- Teoría mecánica: es una teoría muy antigua que explica que la deformidad del pie equino está producida por una mala posición del feto dentro del útero de la madre, y esta mala posición se de por la existencia de posibles tumores, la falta de líquido amniótico, embarazos múltiples, etc. En este caso tampoco está demostrado que estas alteraciones produzcan el pie equino.
- Teoría neuromuscular: que explica esta deformidad diciendo que hay una alteración en los músculos del pie y la pierna en la que unos trabajan mucho y otros poco de forma que se produce un desequilibrio de fuerzas que da como resultado el pie equino. Dependiendo de si los músculos están más o menos afectados la deformidad será más o menos importante.
- Teoría de detención del desarrollo: en este caso se piensa que durante el embarazo existe algo (exposición a radiación, enfermedad infecciosa, reacción a algún medicamento…) que interrumpe el normal desarrollo del feto justo en la posición del pie equino. Al nacer aparece por tanto esta deformidad.
Independientemente de la teoría que explique el método de producción de la deformidad del pie equinovaro congénito, es seguro que se originan anomalías en el desarrollo de los huesos en el pie, sobre todo el hueso astrágalo, el hueso escafoides y el hueso calcáneo; se contraen los músculos y ligamentos de la parte posterior del pie que tiran del talón hacia arriba, se estiran los músculos del dorso perdiendo fuerza y se origina un desequilibrio muscular que mantiene la posición equina del pie. Al final aparecen topes óseos que fijan y estructuran la deformidad.
Existen varias alteraciones neurológicas que pueden producir un pie equino. Por ejemplo, una parálisis de algunos músculos como el tríceps sural (situado en la pantorrilla) que se tensa excesivamente y deforma el pie. También secuelas poliomielíticas y otros síndromes neurológicos paralizan la musculatura.
Los procesos reumáticos y artrósicos que afectan al organismo en conjunto, en ocasiones, provocan deformidades en equino de los pies durante su evolución.
Síntomas del pie equino
Entre los síntomas que aparecen cabe destacar la aparición de la deformidad que generalmente obliga a la persona que la padece a caminar de puntillas sin apoyar el talón. En los casos más graves la deformidad es tan grande el pie se encuentra totalmente volcado sobre su borde lateral. Otros síntomas que aparecen son:
- Dificultad para caminar.
- Dificultad para calzarse con un zapato convencional.
- Fatiga muscular.
- Esguinces de repetición.
- Aparición de callosidades en la zona del antepié.
- En ocasiones, alteraciones en la columna vertebral debido a la existencia de dismetrías.
¿Cómo se diagnostica?
Generalmente, el pie equinovaro severo y de origen congénito se detecta nada más nacer debido a la gran deformidad en pie y pierna.
Para diagnosticar el pie equino es necesario realizar una exploración clínica muy rigurosa, que evalúe la posible causa de la alteración. Dentro de la exploración se hace un fotopodograma para ver el aspecto de la huella del pie .
Además, se necesita un estudio radiológico para analizar el estado óseo.
El análisis de la marcha nos muestra la posición del pie, pierna y resto del cuerpo a la hora de caminar.
Tratamiento del pie equino
El tratamiento del pie equino va a depender de la edad de la persona, de la gravedad de la deformidad y de la causa que origine el problema.
Cuando se da en el nacimiento se intenta corregir por medio de movimientos, estiramientos y la colocación de férulas o aparatos que mantengan una posición adecuada de los pies. Si la malformación es muy severa se suele practicar la cirugía para tratar de corregir el pie.
En el adulto, el tratamiento consiste en unas plantillas ortopédicas que compensen la deformidad del pie y nos ayuden a caminar en mejor posición. Éstas plantillas deben ir acompañadas de un calzado ortopédico adecuado que irá modificado para permitir mayor seguridad y confort a la persona.
Si las plantillas ortopédicas se acompañan de una rehabilitación muscular mucho mejor.
¿Cómo puedo evitarlo?
La prevención del pie equino congénito o producido por causas neurológicas es muy difícil. Hay que seguir una vida sana, seguir los consejos de los profesionales médicos en cada momento (durante el embarazo, al inicio de una enfermedad).
En el caso de un pie equino mantenido por una posición anómala lo más importante es la elección de un calzado correcto y por supuesto visitar al podólogo con regularidad para prevenir cualquier alteración.
En el caso de que padezca los síntomas y la deformidad anteriormente descrita debe acudir al profesional sanitario que se encarga de la salud de los pies: el podólogo. Éste le explorará, le diagnosticará y le tratará si es oportuno.