Con su cámara captó un tiempo que hoy apenas permanece en la memoria de nuestros mayores. Los cambios económicos, culturales y sociales acontecidos en los últimos 70 años han sido tan vertiginosos que sus fotografías constituyen un legado de incalculable valor desde el punto de vista documental, estético, etnológico y antropológico. Pese a la importancia de su obra y su decisiva aportación a la montaña palentina, existe un vacío historiográfico considerable sobre su figura y su labor, sobre todo, si se compara con algunos fotógrafos varones de su misma época como Catalá, Roca, Masats, Cuallladó, Gómez, Ontañón, Joan Colom y un largo, etc. La poca documentación existente hasta la fecha -catálogos expositivos, entrevistas que le realizaron o incluso la reciente retrospectivas-, tienden a repetir la misma idea sin aportar nuevos matices, que ayuden a comprender mejor su labor. Este artículo dentro de sus limitados dimensiones, pretende contribuir a solventar es a la una histórica y hacer justicia su figura. Al tratarse de una semblanza, el texto incorpora no solo lo que Piedad Isla manifestó en las entrevistas que concedió, sino también la voz de aquellas personas que conocieron y compartieron una parte de su vida con ella. Finalmente, se ha intentado ilustrar de forma gráfica su trayectoria, como si estuviésemos visionando una pequeña parte de su propio álbum, foto biográfico o, al menos, leer su vida en imágenes.
Historiadora del Arte con máster en Estudios Avanzados en Arte Español y máster en Patrimonio Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Ha participado en Congresos, mesas de debates y publicado diversos artículos dedicados al cine, patrimonio y recientemente a la fotografía. En la actualidad estudia en FP de Turismo, al tiempo que reescribe su tesis inédita que versa sobre la vida y obra de Piedad Isla. (Foto: Gabriel Luengas)