Piedras contra el tejado propio

Pongámonos en antecedentes, la SD Huesca está realizando una temporada pésima en la Liga Adelante, apenas ha podido ganar un partido de los disputados y ocupa una de las plazas de descenso a 2ª B . Uno de los jugadores más discutidos por la afición está siendo Rafel Sastre, jugador proveniente del Sporting de Gijón que ha fichado por el equipo oscense este verano. Uno de los motivos del fichaje era la posibilidad de encontrarse con su hermano Lluis.

A Rafel se le achaca su excesiva agresividad que le ha llevado a ser expulsado ya en varias ocasiones entre liga y copa, físicamente también ha mostrado carencias, propias de un jugador en la parte final de su carrera.

El domingo pasado acudí al Alcoraz a ver el partido que enfrentaba al Huesca con el Elche. A mediados del 2º tiempo se produjo una acción que me llamó especialmente la atención, Lluis Sastre abre el balón para su hermano Rafel defectuosamente, éste corre para llegar pero no lo consigue y el balón sale por fuera de banda, el jugador, con rabia, golpea la pelota que choca contra la valla, esto se produjo a escasos metros de donde yo me encontraba y en ningún momento interpreté el gesto como algo despectivo hacia el público pero mis compañeros de grada no opinaron lo mismo. Hasta entonces se oía un murmullo cada vez que el jugador tocaba el balón pero a partir de ese momento el murmullo se convirtió en clamor y frases como “acabado”, “viejo” u otras entrando directamente en el insulto personal.

Insultar al árbitro o a los jugadores rivales lo entiendo aunque no lo comparto pero insultar a tus propios jugadores es algo que escapa completamente a mi entendimiento. Comentando con algún compañero de grada el incidente, decían que el jugador se sentía más cómodo jugando fuera de casa, es algo completamente anormal.

Creo que para tener la mejor liga del mundo también deberíamos tener a las mejores aficiones, gente que llene su estadio, que anime a su equipo y espolee a sus jugadores durante los 90 minutos, la afición española dista mucho de ser de las mejores del mundo, generalizar normalmente hace caer en errores, este caso no es la excepción pero creo el insulto y la mala educación están tan arraigados entre la afición española que no está de más denunciarlo.