Revista Cine

Pieles, la apariencia física no es nada

Publicado el 11 junio 2017 por Patrick Bateman @CinefiliasO
Pieles, la apariencia física no es nadaCon Tinder, Facebook, Instagram, Twitter etc…vivimos en una sociedad donde lo que prima es la belleza física por encima de la forma física, personalidad y gustos de cada persona. Una sociedad donde el postureo de los famosos se ha extendido a la clase baja con la llegada de las redes sociales. Todo el mundo vive una vida fantástica y perfecta bajo el manto de facebook e instagram. Y no son menos las páginas de dating, en las que la frialdad se apodera de nuestro dedo índice, un simple click y pasamos página sin dar la oportunidad de conocer realmente a la otra persona.
Una sociedad especialmente fría, más que nunca. Es cierto que tiene que existir una atracción física entre dos personas para que se inicie una relación amorosa. Pero la perfección física ha supeditado la personalidad de la gente.
Todo el mundo quiere lucir estupendo y radiante en su día a día colgando fotos que son descartadas o alabadas, según el caso con un simple gesto desde una cómoda silla frente a una pantalla. Juzgamos sin compasión en base a lo que vemos en una fotografía.
Todo ello sin importar lo más mínimo los gustos y forma de ser de la persona retratada. Desgraciadamente, no vivimos en una sociedad de oportunidades. Eso es lo que Eduardo Casanova, que daba vida al joven e inocente Fidel Martínez en la serie de televisión Aída, nos presenta en su primer largometraje como director.
Eduardo ha crecido y como muchos otros, se enmarca en un lado más ‘underground’. Tras haber dirigido varios cortometrajes a lo largo de su carrera como actor, incluido Eat My Shit en 2015, el corto que ha inspirado al joven madrileño para realizar su primer largometraje, Pieles. De hecho, una de las escenas de la película, casi en su totalidad, es un calco del cortometraje.
Pieles, la apariencia física no es nadaPieles sigue la historia de personas físicamente diferentes que, por este motivo, se han visto obligadas a esconderse, recluirse o unirse entre ellas. Nadie elige cómo nace, pero la apariencia física nos condiciona para con la sociedad, aunque no la hayamos elegido nosotros.
Pieles es una película que discurre por arenas pantanosas, pues goza de pulcritud, pero al mismo tiempo hace acopio de lo bizarro y poco aceptado entre la sociedad. Y lo cierto es, que no es una película demasiado apropiada para las salas convencionales de cine y todo tipo de público, aunque cuenta con un tono humorístico, es bastante negro.
Lo que nos propone el guión escrito por el propio realizador, cosa que le ha otorgado la libertad necesaria y contundente que le hacía falta al film para que resulte interesante, se mueve entre lo cómico y dramático en una buena proporción para llegar al máximo de público.
Pieles expone a sus freaks en pantalla con naturalidad y podemos llegar a pensar que Casanova solo quería llamar la atención con el aspecto visual de la película. Pero más allá de cualquier duda al respecto, la película es una dura crítica social a esa perfección física que he comentado en el primer párrafo de la crítica.
Pieles, la apariencia física no es nadaY a pesar de que la puesta en escena (bastante teatral) no es la mejor que nos podían haber ofrecido si tenemos en cuenta los elaborados efectos especiales de la mano de Óscar del Monte (Los cronocrímenes) con un tono tremendamente surrealista, atrapará lo suficiente a cualquier amante de lo grotesco y lo bizarro. Aunque, Pieles no busca el morbo o la transgresión moral del espectador, su intención, sin perder el lado cómico, es protestar contra una sociedad que actualmente solo le da importancia a la belleza exterior.
Cuando en 1932, Tod Browning realizó su primera Parada de los monstruos (Freaks) poco debió imaginar que se convertiría en una obra de culto en círculos cinéfilos, y mucho menos, que un joven actor proveniente de la comedia televisiva enfocada a todo tipo de público, sería capaz de tomar prestadas esas influencias visuales con un buen acierto e inesperado.
En el lado opuesto a The Neon Demon, que promovía la belleza absoluta. Casanova nos propone una batería de personajes muy humanos que cabalgan entre la belleza interior y lo bizarro sin perder el toque humorístico que le ha caracterizado como actor y que hace a la película mucho más aceptable y digerible para cualquier espectador poco familiarizado con el cine underground.
Entre el reparto contamos con caras conocidas tanto en el cine como en la televisión. Macarena Gómez (Musarañas), Ana Polvorosa (Aída), Candela Peña (Princesas), Secun de la Rosa (El bar) o Joaquín Climent (El bar). Siendo las dos primeras las que mayor protagonismo adquieren entre todas las historias personales cruzadas de todos los personajes y que confluyen en una lista de casualidades cual prólogo de Magnolia de Paul Thomas Anderson.
Pieles, la apariencia física no es nadaEntre el rosa y el lila, la fotografía de José Antonio Muñoz Molina (Omnívoros) nos ofrece un mundo entre lo real y lo onírico, donde cada uno de sus personajes vive su propio tormento personal sin perder la esperanza ni la ilusión de mejorar su condición física y moral.
Ángel Ramos le pone la nota de color y emotividad con una banda sonora que acompaña muy bien en los momentos más tristes de la película que invitan a reflexionar con un discurso moral por parte de los protagonistas y sus lamentos.
Pieles cuenta con ciertas carencias argumentales y de puesta en escena en ciertos momentos de la película, pero sale airosa y con la cabeza bien alta, teniendo en cuenta lo arriesgado de la propuesta. De todas formas, es una rareza que no se puede recomendar libremente a cualquier espectador.
Pieles, la apariencia física no es nada

Volver a la Portada de Logo Paperblog