¿Pierdes tu esencia al usar un CRM?
En los principios de cualquier empresa intentas recortar costes, eliminar todo aquello que no sea importante e intentar desarrollar todo lo que necesitas in-house. Es básicamente una ecuación en la que cambias el dinero que necesitas por tiempo que inviertes para solventar un problema. Tarde o temprano el volumen de trabajo implica que has de automatizar procesos porque el tiempo que has de invertir supera con creces el coste de adquirir una herramienta que te lo automatice.
Lo más normal es que tengas tu propio proceso y necesidades de información. Sin la tecnología tu defines de forma absolutamente libre como gestionar e interactuar con tus clientes, pero a la hora de poner un pie en este mundo de algoritmos la cosa cambia. Lo ideal es que tener un desarrollo a medida que calque, aproveche e incluso, encuentre nuevas formas, para seguir operando con el espíritu que has dado a tu empresa, pero los costes de los desarrollos a medida suelen exceder con creces las capacidades financieras de cualquier empresa.
A partir de aquí nos adentramos en dos opciones clásicas: comprar un software o irse a cualquier solución en la nube. La primera implica una fuerte inversión en compra -y una parte importante en personalización- y la segunda es bastante más asumible porque son pagos fragmentados por volumen y usuarios, y además permiten el pago en mensualidades lo que hace que duela menos en la cuenta de explotación.
En la primera opción, todavía tenemos dos opciones más, software propietario o código libre. Personalmente soy un defensor a ultranza del código libre, pero lamentablemente no tiene las mejores soluciones para determinados problemas. O le falta una parte, o no contempla trabajar de cierta forma, pero tiene la ventaja de que si tienes conocimientos o conoces empresas que pueden hacerlo por ti es relativamente sencillo implementarlo. Pero volvemos al tema de personalización y puede que casi alcancemos el precio de un software desarrollado a medida.
Las opciones en la nube, que os voy a decir, está en la nube y francamente no suelos ser muy fan de los mismos. Reconozco que algunas soluciones tienen muy buena pinta, pero no me dan la confianza necesaria para trabajar con ellos. El sistema es absolutamente cerrado, o te adaptas a su estructura o mejor ni lo intentes. El soporte siempre lo he encontrado lento y de poco nivel, si has de crecer solo puedes añadir más usuarios o cualquier variable métrica -datos, gigas, etc- pero nunca modificar los procesos. Y por último, y si fuera poco, es prácticamente imposible cambiar de software porque los procesos de exportación no están documentados -por la cuenta que les trae- y te ves atado a ellos hasta que tengas los recursos necesarios para adquirir otra plataforma, y otra buena cantidad para contratar a un equipo que te migre la información prácticamente a mano. Aunque no niego que quizás evolucione y en un futuro cercano se vuelva algo viable a largo plazo más que una solución puntual.
Pero sea el modelo que escojamos, al final hemos de acudir a estos sistemas. Quizás perderemos cierta frescura, quizás tendremos que cambiar la operativa, pero el beneficio a largo plazo -sobretodo en tiempo y control de la información- te permitirá crecer sin tener que trabajar más horas de las que se han definido para lo que es una rotación completa del eje de la tierra. Y con todo este tiempo que has recuperado, puedes invertirlo en mejorar aspectos de tu producto y de tu relación con tus clientes que antes serían imposible.
Película: Short Circuit
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