Revista Cine
Jaimemarlowe, dudando, pero vuelve a acertar. Se trataba de los pies de Max Schreck. el Conde Orlok en Nosferatu de Murnau (1922). La viuda de Bram Stoker, autor de Drácula, demandó al director por no haber pagado los derechos de autor y filmar una película que plagiaba la historia novelada por su marido. Murnau había cambiado los nombres de los personajes, pero el truco no le sirvió. Se destruyeron las copias de la cinta, que ha llegado a nuestros días gracias a diversos rollos que se salvaron de la quema.No os la perdáis.