Pigmalión

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SIEMPRE PARECE IMPOSIBLE HASTA QUE SE HACE (Nelson Mandela)

Según la mitología griega y que reelaboró posteriormente Ovidio, en su obra la "Metamorfosis" para la cultura Romana, Pigmalión era un escultor que buscaba la mujer perfecta para casarse. Cansado de no hallarla se dedicó a tallar a su mujer idealizada. Tras realizar la estatua de Galatea se enamoró profundamente y le pidió a Afrodita que la hiciera humana para desposarse con ella.

El irlandés George Bernard Shaw en 1913 -posteriormente Premio Novel de Literatura- escribió un obra de teatro llamada "Pigmalión" en la que el profesor Higgins, experto en fonética, apuesta con un conocido que en seis meses transformará a una vulgar, malhablada y pobre muchacha del antiguo mercado de flores de Covent Gardent en una auténtica dama de finos y educados modales, como así ocurrió posteriormente. La joven se enamora del profesor que, engreído y soberbio, no atiende a sus sentimientos. La obra finaliza con el cambio de la conducta de éste, que termina casándose con la muchacha. Esta obra fue llevada posteriormente al cine con el título de "My Fair Lady", teniendo como protagonistas a Rex Harrison y a Audrey Hepburn.

En 1965 el psicólogo social Robert Rosenthal, describió el "Efecto Pigmalión" según el cual resulta útil el crear expectativas muy altas en las tareas de las personas porque pueden impactar positivamente en el rendimiento de otras. Cuando no se cumplen, ya sean éstas alta o bajas, en el ámbito de un individuo hacia sí mismo se conoce como el efecto Galatea. Las investigaciones de Rosenthal y de Jacobson pusieron de relevancia el poder de las expectativas en el ser humano cuando actúan para bien o para mal sobre la autoestima de las personas.

Cuando el efecto Pigmalión resulta negativo en la persona se le conoce como efecto Golem y actúa disminuyendo la autoestima. El efecto Pigmalión es una herramienta común entre las personas que consiguen sus objetivos porque en algún momento del proceso lo habrán usado sobre sí mismas y sobre otros. Debiéramos tener cuidado cuando las apreciaciones son irreales y parten minusvalorando a las personas, porque se corre el riesgo de causar el efecto contrario.