Pilar Cambra ha escrito en su blog De calle (Por las buenas o por las malas) unas cosas que -a mi parecer, algo lejano de pulso directo de esa península- resultan un tanto tremendas.
Conozco a Pilar de largo tiempo, y por eso no creo que exagere ni un pelo en el fondo de la cuestión, al poner de manifiesto el susto que le producen las dos medidas anunciadas: "en verdad me ponen los pelos como escarpias...", concluye. Que no es poco, incluso sabiendo de su fina auto-ironía.
Da la impresión de que el objetivo y la amenaza principal del gobierno español (en pocas palabras, "dividir y enfrentar en bandos a la sociedad") busca apoyo sobre todo en la fuerza, y busca lograr ese objetivo más bien "por las malas" (artes y formas democráticas).
Entresacado de lo escrito por Pilar Cambra, puede leerse lo que sigue:
Los dos últimos anuncios gubernamentales de futuras leyes y normas me suenan a ese aviso que se hace a los desobedientes recalcitrantes: "¡Pues lo harás... Por las buenas o por las malas!". (...)
Considermos, en primer lugar, el Proyecto de Ley integral para la Igualdad de trato y la no discriminación presentado recientemente por la ministra de ese ramo, doña Leire Pajín... Hay en él algunas cosas que no entiendo y dos, en concreto, que me asustan (bastante).
El objetivo de la futura ley, según lo anuncia doña Leire, es impecable: "Que nadie pueda sentirse humillado por razones de nacimiento, raza, sexo, convicción, discapacidad, edad, religión, identidad sexual o enfermedad"... ¿Y qué menos, digo yo, en una sociedad que se quiere justa, prudente?
Sin embargo, en mis cortas entendederas, no me aclaro con alguna de las 'figuras' de discriminación que contiene el proyecto: ¿qué significan, por ejemplo, "discriminación indirecta", "discriminación por asociación", "discriminación por error"?... Supongo que el texto perfilará estos tipos de discriminación hasta dejarlos claros como el agua; de otro modo, cualquiera podría estar discriminando a troche y moche sin saber que lo está haciendo.
Lo que me atemoriza de este proyecto es: 1) que recupera "la inversión de la carga de la prueba"; es decir: que los acusados de discriminación carecerán de la presunción de inocencia y tendrán que se ellos los que la demuestren; y 2) como si la Justicia - jueces y tribunales - no fuesen suficientes para actuar contra la discrimincación y quienes la practiquen, esta ley crea un órgano indepediente, la Autoridad Estatal para la Igualdad de trato y la no Discriminación que ¡¡¡podrá investigar por cuenta propia!!!... (...)
En segundo lugar, el señor ministro de la Presidencia, don Ramón Jaúregui, acaba de dar el aviso de la creación de otro órgano extraño, muy extraño: el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, dotado de "competencias inspectoras y sancionadoras sobre el contenido de los porgramas televisivos"; su misión será arrear candela y multazo cuando los tales contenidos incurran, según el señor Jaúregui, en "la banalización", la utilización como protagonistas de "personajes de escaso mérito" o "la vejación en directo de la dignidad y el respeto"... Y me pregunto de nuevo: ¿no bastan los Tribunales para castigar lo que podríamos agrupar bajo el nombre de "telebasura"? (...)
¿He escrito que estas nuevas normas y leyes anunciadas me asustan? Pues me he quedado corta: en verdad me ponen los pelos como escarpias...