Pilar y Tasio
Personajes entrañables de la ciudad.
En este segundo contacto con Curiosón, nuestro colaborador más reciente viene a recordarnos a dos personajes entrañables de la ciudad, a quienes ya hiciera mención en su post sobre los 140 años de Diario Palentino.
En los años 70, conocí en la Calle Mayor a Pilar Bandajo, mujer menuda, enlutada, vendedora del Diario. Aún me suena el eco de su voz y el recuerdo de su magia al llegar a la farmacia de Don José María Fernández Nieto. Rememoro el repique de su sonido, como una melodía cuya partitura poseía aquella vocera única, que se apostaba en la última columna donde terminaban los soportales, frente a la farmacia de Don Agricio, esquina con Barrio y Mier y el Bar Alaska. Desde esa columna, Pilar, cuando se acercaba el personal, repetía sin descanso esta cantilena: ¡¡El Diario…!! ¡¡El Diario!!…!!El Diario!!... Cuando yo llegaba a esa columna y veía a Pilar, me gustaba observarla y ver como abría su boca para pronunciar esas palabras, que me hechizaban, y escuchaba hasta llegar a la Confitería López, y que aún oía cuando estaba frente al convento de Las Canónigas.
Cuando en la Calle Mayor no se escuchaba la voz repetitiva de Pilar, se sabía que ese día no estaba, pero allí, en el mismo lugar, en su columna y esquina, la sustituía su hijo Tasio, que no heredó de su madre el vozarrón ni la facultad para vocear. Tasio anunciaba con voz seca, sin repetición, ni repentina exclamación !!El Diario!! Era un sonido apagado, sin arte, a Tasio lo que le enganchaba, después de haber voceado sin vocear, era dar una calada a su pitillo. Tasio no fue vocero, pero tenía otras cualidades y era una institución en el Diario, un todo terreno, capaz de trabajar en los talleres del periódico, hacer su reparto por la ciudad; descargar en plena Calle Mayor el camión de las bobinas de papel para imprimir el periódico, y hacer de recadero. Tasio, de apreciable bondad, genio pobre, de los que reniegan pero nunca se llegan a enfadar, de inconfundible presencia y servicial disposición, tenía en La Carrionesa, Don Jamón, y La Bota sus lugares de contactos, y de tomas de algún bocado y vinillo. Se convirtió en uno de los personajes peculiares y entrañables de la ciudad, caracterizado por su peculiar aspecto, con los periódicos bajo el brazo en una mano y en la otra el cigarrillo. Vestía todo el año americana que engullía su figura, menuda y delgada, con rostro apagado en el que destacaba su nariz aguileña, su mirada peculiar, su barba de la semana, y su pelo descuidado más bien largo. Tasio distribuía El Diario, que, hasta la década de los años 90, era el diario de la tarde, acarreaba los periódicos en su carretillo de dos ruedas con tirante y agarradero. Repartía la prensa por los diferentes quioscos del centro de la ciudad: Plaza Mayor, Jardinillos, soportal del Casino, la Perera (frente al Cine Ortega), Teniente Velasco (hoy La Puebla), San Lázaro, Salón, Avda. Valladolid y Plaza España.
Pilar y Tasio, dos personajes entrañables de la ciudad que tuve la suerte de conocer y disfrutar.
PALENCIA EN MIS RECUERDOS
Una idea de Alfonso para "Curiosón"