Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado A primera vista, incluido en el cuento Sin morir del todo (1975), del escritor chileno Enrique (Poli) Délano Falcón (1936). El mundo de sus relatos está poblado de personajes, escenarios y situaciones que se vinculan con los lugares donde transcurrió su infancia y juventud. Escritor multifacético, además de sus propios libros, ha escrito otros por encargo, dirige talleres literarios, escribe guiones y publica artículos en la prensa. Desde sus comienzos como escritor, Poli Délano siempre manifestó predilección por la narrativa: "me sale con mayor fluidez el cuento, pero me siento más feliz en la novela", adherido a la propuesta literaria de la Generación de escritores de 1960, ese grupo que emergió en un contexto de profundas transformaciones políticas y sociales. Al igual que muchos escritores de esa generación, Délano mostró interés por las temáticas urbanas, el mundo de la periferia y de la realidad social. Poli Délano pasó la mayor parte de su infancia y juventud en España, México y Estados Unidos. No es extraño, entonces, que su obra haga referencia constante a dicha experiencia: el mundo de sus relatos está poblado de personajes, escenarios, situaciones y encuentros que se vinculan con aquellos lugares. Admirador confeso de Ernest Hemingway, William Faulkner, John Steinbeck y Charles Bukowski, Délano dirigió la cátedra de literatura estadounidense en la Universidad de Chile desde 1962 hasta 1973. Tras el golpe militar, partió al exilio. Regresó a Chile en 1984 y desde esa fecha ha publicado alrededor de veinte libros, entre cuentos y novelas. Incluso escribió una novela para jóvenes que tituló Humo de trenes. En sus relatos las historias marginales y el retrato de lo cotidiano sirven para dar cuenta, a veces con humor y otras con un agudo realismo, de una realidad social más profunda.
El microrrelato de Poli Délano tiene veintinueve palabras y dice así:
A PRIMERA VISTA
Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. Y ¡Feliz Año Nuevo! HArendt
Poli Délano
Entrada núm. 2554[email protected]"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)