Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos.
Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Calidad y cantidad, de Alejandro Jodorowsky (1929), artista chileno de ascendencia judeo-ucraniana, nacionalizado francés. Escribe sus libros en español y en francés sus cómics y algunos ensayos, por lo que, siguiendo el concepto de George Steiner, se puede considerar un escritor extraterritorial. Junto con Roland Topor y Fernando Arrabal, fundó el movimiento Pánico. Su aporte más divulgado y controversial es la psicomagia, una técnica que conjuga los ritos chamánicos, el teatro y el psicoanálisis, cuyos pretendidos efectos son provocar en el paciente una catarsis de curación.
Su relato, incluido en la obra Sombras al mediodía (1995), tiene veintiuna palabras y dice así:
CALIDAD Y CANTIDADNo se enamoró de ella,
sino de su sombra.
La iba a visitar al alba,
cuando su amada era más larga.
***
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2962[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)