La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial.
Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos.
Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación?Continúo la serie de Píldoras literarias con el relato titulado Desinencia, del español Juanjo Ibáñez (1968). Dice Juanjo Ibáñez de sí mismo que un día quiso ser periodista. Que con los años acabó siéndolo, así que hay que tener cuidado con lo que deseas, porque el deseo puede ser concedido. Y que ya no hay marcha atrás. Que suele estar en el lado izquierdo de la vida, tanto en el laboral como en el personal. Que ha tocado todos los palos -radio, prensa y televisión con muchas horas en directo-. Que dice lo que pienso, tras pensar lo que va a decir. Que se moja, es más, que considera necesario que nos mojemos más si de verdad queremos que lo que tenemos a nuestro alrededor cambie. Que en la actualidad ando metido en política, que es otra manera de hacer el mundo mejor. Y que le gusta aprender.
Les dejo con su minirrelato Desinencia. Tiene dieciocho palabras y fue publicado en Galería de hiperbreves en 2001.
DESINENCIAporJuanjo Ibáñez
Cuando estaba escribiendo el cuento
más breve de su vida,la muerte escribió otro más breve todavía:
ven.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
HArendt
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)