Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos.
Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Dolores zeugmáticos , de Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) escritor y guionista cubano, exiliado por su oposición al régimen castrista, nacionalizado británico. Obtuvo el Premio Cervantes en 1997. Su estilo se caracteriza por los continuos retruécanos, paronomasias, agudezas, uso del hipérbaton y traslaciones idiomáticas, con los que intenta imitar el ritmo sincopado del jazz; por el dominio de los registros coloquiales de la lengua cubana, por un espléndido sentido del humor y por una gran cultura, manifiesta en la abundante intertextualidad de que hacen gala sus textos.
Su relato, incluido en la obra Exorcismos de estilo (1967), tiene dieciocho palabras y dice así:
DOLORES ZEUGMÁTICOS
Salió por la puerta y de mi vida,
llevándose con ella mi amor
y su larga cabellera negra
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)