Revista Cultura y Ocio
Antes se pilla al mentiroso que al cojo... ¡mentira!
La mentira tiene las patas muy cortas...¡no es cierto!
Es muy fácil mentir y resulta difícil desenmascarar al mentiroso. Posible y necesario lo es, pero también costoso; no lo dudes.
Tratar el tema se hace necesario. Los medios tradicionales (la prensa sensacionalista, la prensa amarilla, los periodistas desaprensivos...) arrastran este problema desde su nacimiento. Falsos reportajes, noticias manipuladas, censuras... han existido siempre. Pero existe, generalmente, una ética profesional que, en alguna medida, lucha por la veracidad de sus publicaciones.Sin embargo hoy en día con la profusión de páginas informativas y de opinión en internet, con la explosión de comunicados generados por las redes sociales, con la masiva inclusión desde cada individualidad de fotos, comentarios y citas, nos enfrentamos a la incógnita circulación de la mentira fácilmente disfrazada y multiplicada sin que parezca preocuparnos: ¡Y es importante desenmascararla! Tantas informaciones no verificadas, tanta noticia sin confirmar circulando a gran velocidad por las redes y alimentada por la gasolina del sensacionalismo nos inundan de gracietas facilonas, de lágrimas sensibleras, de indignación de sofá... Internet es el paraíso de los manipuladores. Se impone, ¡es urgente! una educación "de las redes sociales", lo mismo que siempre hubo una educación en la sociedad, unas normas de urbanidad, unas lecciones de buen comportamiento...
De pronto nos hemos sobresaltado al comprobar que tocando levemente las cuerdas de la red, alteramos la música de un país entero: las recientes elecciones de EEUU son alteradas totalmente mediante el filtro interesado de informaciones sin confirmar o de claras falsedades, partidos de nuevo cuño sustentan su funcionamiento sobre las redes sociales, masivas movilizaciones se organizan a golpe de tweets... Empiezan a preocuparse los ciudadanos y sus gobernantes, y las redes sociales se ven obligadas a reaccionar.
Facebook, presionado por el gobierno alemán de Ángela Merkel, se ha puesto manos a la obra para diseñar un filtro de noticias falsas en Alemania. Será la prueba piloto para extender el servicio a escala mundial. La canciller Merkel, se ha olido el posible uso de las redes para alterar la limpieza en la campaña de las próximas elecciones y ha urgido a Mark Zuckerberg, su inventor, para que compruebe la veracidad de las noticias en su red. Su "detector" de mentiras funcionará así: Cada vez que un usuario marque una noticia como sospechosa el contenido le llegará a "Correctiv", una organización independiente escogida para comprobar la veracidad de las noticias. El sistema priorizará mediante un algoritmo la celeridad de la reacción y censura. Por otro lado los usuarios que compartan contenido de dudosa fiabilidad recibirán una notificación para advertirles (y supongo que con la intención de posiblemente penalizarles de alguna manera).
Más vale que a Zuckerberg le funcione el sistema pues se juega sustanciosas multas ya insinuadas por la propia Merkel e incuso Jean-Claude Juncker.Pero yo veo muy difícil que mediante esta "labor policial" evitemos la proliferación de la falsedad y la mentira que ahora campa por sus anchas en la red mundial. Creo que la única solución está donde siempre: en la educación. Lo veo cada día: consulto mi facebook y me asaltan innumerables vídeos de dudosa fiabilidad (algunos de fácil comprobación que se demuestran manipulados o falsificados). La facilidad para compartir hace que expandamos inadvertidamente falsedades presentadas de forma que exciten tus emociones, tocar la fibra de tus sentimientos hace que "caigas en la red" y multipliques mentiras o informaciones que casi nadie se molesta en contrastar o analizar con criterio. Ya son varias las veces que he comentado a alguno de mis conocidos (amigos en la red) la falsedad de la información que publican. Nunca se han molestado en contestar, nunca han reconocido su error y pedir disculpas por ello... es más fácil apretar el símbolo de compartir y seguir enviando a su pléyade de "amistades" noticias sensacionalistas: el juicio crítico brilla por su ausencia. Como demostrar a "uno de mis amigos" que le han colocado gato por liebre es costoso (hay que buscar y contrastar varias fuentes, hay que analizar el texto o las imágenes, recoger opiniones de otras personas...) y como su reacción suele ser ignorarme; he decidido desistir y, al tiempo, bajar mi estima por la persona que ignora mis bienintencionados avisos.
Pero por lo dicho ya se comprende que perseguir la mentira, pese a su cojera, es participar en una carrera perdida. La mentira tendrá las patitas muy cortas, pero mola y la dejamos ganar.