Pinceladas de Bosnia: Mostar y Vrelo Bune

“Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar”. (Bertrand Arthur William Russell).

Aprovechando la cercanía de Mostar con Dubrovnik decidimos hacer una breve escapada para visitarla. Pero Mostar no fue el único sitio de Bosnia en el que hicimos parada, y es que tanto Vrelo Bune como las cascadas Kravice son una buena opción para empezar a tener unas breves pinceladas de este país.

Para ir a Mostar elegimos el coche, pero hay excursiones desde Dubrovnik si queréis evitar pasar la aduana con el coche o no os sentís seguros conduciendo por sitios que desconocéis.

Tengo que reconocer que íbamos con un poco con miedo después de leer algunas de las experiencias de otras personas con las políticas policiales en cuanto a los pasos fronterizos de Bosnia y Montenegro, además, también parecía que la media de tiempo en la aduana era de unas 3 horas para poder pasarla debido a los controles y las grandes colas de coches en verano.

Finalmente decidimos aventurarnos y madrugamos un poco para intentar pillar el menos tráfico posible y creo que esto fue todo un acierto. Es verdad que para salir de Dubrovnik tardamos muy poco, unos 10 minutos, pero para entrar en Bosnia sí que tardamos un poco más, tampoco fueron las 3 horas que habíamos leído pero, aun así, los 30 minutos no nos los quitó nadie, y eso que a nosotros tan solo nos revisaron los pasaportes y nos dieron el visto bueno rápidamente sin revisiones de maletas.

Durante nuestro trayecto a Mostar nos llamó algo la atención, y es que en los arcenes de vez de cuando veíamos carteles rojos con calaveras que indicaban que los terrenos podían seguir aun minados. Aquí fue donde nos empezó a cambiar el “chip” vacacional y nos empezamos a adentrar un poco más en la historia que aquí había acontecido no muchos años antes de nuestra visita, historia que el pueblo de Mostar se encarga de recordarte cada pocos metros con mensajes escritos en las calles de “don´t forget” (no olvides).

Una vez en Mostar lo primero que vais a advertir son una gran cantidad de “gorrillas” que están repartidos por el casco viejo de la ciudad y que os van a intentar guiar hacia su terreno. Mi recomendación es que intentéis dejarlo en el parking (por llamarlo de alguna forma) que está en las siguientes coordenadas: 43.339185, 17.811208.

Nosotros casi sin poder evitarlo caímos en manos de una de estas “mafias” aparcacoches, nos costó 100 kunas y pudimos dejar el vehículo allí durante todo el tiempo que quisimos, además el “guardia” nos aseguraba que sería vigilado (cosa que, efectivamente cumplió, estuvo allí todo el día). Nos fiamos porque el señor llevaba una identificación colgada del cuello que indicaba que era un trabajo oficial de la oficina de turismo de Mostar (anteriormente nos habíamos cruzado con otros, incluso niños, que no llevaban dicha identificación) y cómo íbamos a dejar las maletas en el maletero lo consideramos una buena opción, además, estaba a tan solo 1 minuto del  famoso puente de Mostar. Al llegar a España investigué un poco más sobre estas mafias y, al parecer, no son oficiales, seguramente algo más lejos  del casco podáis aparcar de forma gratuita pero como a nosotros nos funcionó bien os lo recomiendo (si, ya sé que es muy caro por aparcar el coche en la calle durante un rato, pero…). Si no lleváis kunas no pasa nada, en el 99% de los sitios de Bosnia se paga en euros.

Mostar es una ciudad pequeña, y se recorre muy rápidamente, aquí os dejo un mapa con los puntos más relevantes:

1. STARI MOST: Encargado por el sultán de Estambul y considerado como un símbolo de la unión entre Oriente y Occidente, de los croatas católicos y de los musulmanes. Antes de la guerra, Mostar era una ciudad donde convivía la multiculturalidad y las diferentes religiones, los católicos y musulmanes se unieron en la lucha contra los serbios, pero una vez conseguido el objetivo se declararon la guerra entre ellos.

Debido a esta guerra el puente fue destruido para volver a ser construido 9 años después de la guerra (2004) gracias a ingenieros militares españoles que fueron enviados por la ONU.

Las torres que flanquean el puente son la torre Helebija (utilizada como mazmorra en la antigüedad y como museo de historia en la actualidad), y la torre Tara, que alberga hoy una exposición fotográfica sobre la guerra de los Balcanes.

Las vistas más bonitas del puente las tendréis desde la orilla del río Neretva, incluso os podréis bañar si sois atrevidos y no tenéis alergia al frío.

2. BAZAR DE KUJUNDZILUK: Es el barrio musulmán y el más pintoresco con su bazar y sus decenas de puestos coloridos.

Si te alejas un poco de sus calles veréis que las huellas de la guerra aún están muy presentes y que muchas de las fachadas aún conservan los agujeros provocados por las balas de la guerra, balas que ahora venden en forma de souvenir en este Bazar.

3. MEZQUITA KOSKI MEHMED PASHA: Es la mezquita que se ve desde el puente viejo. La visita al interior y la subida al minarete son de pago, posiblemente la típica foto que habéis visto de Mostar es la que se consigue desde el minarete de esta mezquita. Hay una fuente en la entrada en la que hay que lavarse antes de proceder al interior, entrar hasta aquí es gratis así que os animo a hacerlo. La mezcla de culturas en Mostar se ve en seguida, si os fijáis encima del monte que tiene en frente la mezquita hay una cruz católica inmensa.

COMER EN MOSTAR: Si tenéis pensado comer en Mostar sin duda alguna os recomiendo el restaurante Konoba Sadrvan, fue uno de los sitios más baratos y donde mejor nos atendieron en todo nuestro viaje por Croacia y Bosnia, incluso nos regalaron una postal de su restaurante como detalle. Comimos 4 personas por 27 €, no os podéis ir sin probar el famoso Cevapi, una especie de salchichas con cebolla y pan, y el Hadzijski kebab, un guiso local hecho con arroz, carne y verduras.

No obstante, si estáis por esta zona no dejéis de lado la oportunidad de visitar Vrelo Bune, un monasterio situado en un enclave idílico, la cueva donde nace el río Buna. Podéis dejar el coche en un descampado de tierra por 1.5€ (coordenadas: 43.255889, 17.902158) e ir dando un paseo a lo largo del río hasta la cueva, a la que podréis acceder a su interior gracias a un bote con el que recorreréis sus aguas por 2€.

Después de visitar Vrelo Bune, pusimos rumbo a Croacia de nuevo, concretamente a Split. Elegimos pasar por la autopista y el paso de la aduana fue mucho más rápido, sin problemas nuevamente. Si tenéis algo de tiempo, antes de pasar a Croacia podéis deteneros en las cascadas Kravice para daros un pequeño baño con las cascadas de fondo.

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