Revista Salud y Bienestar
Al votar en las próximas elecciones autonómicas el 24 de mayo de 2015 la ciudadanía elegirá el futuro del sistema sanitario. Merece la pena reflexionar sobre ello en un país que quizá disfrute de los mejores equipos de fútbol del mundo pero que está deteriorando la educación de sus jóvenes y la sanidad de sus mayores a una velocidad que nadie había podido imaginar.
Pondremos el caso de Madrid. En la última legislatura el partido en el gobierno impuso un plan que trataba de privatizar la gestión de 6 hospitales y 27 centros de salud. Una medida de calado para la que no se preguntó a la ciudadanía; no estaba en el programa electoral. La protesta en masa de los profesionales sanitarios y los ciudadanos consiguió parar el plan en los tribunales. Lo que se manifestó de forma meridiana es el tipo de sanidad que defiende el Partido Popular: Gestión privada. ¿Eso qué significa? a la larga más coste y peor servicio dado que permite ánimo de lucro a las empresas adjudicatarias y nadie da duros a cuatro pesetas.
Tras mantener esta semana una reunión con los máximos representantes del PSOE madrileño en materia sanitaria, el propio candidato Tomás Gómez y el dr José Manuel Freire, me queda clara que su postura es otra: tratar de defender la sanidad pública que ellos mismos montaron. ¿Cómo hacerlo? blindando por ley el mantenimiento público de esta. Los que vimos con horror cómo éste partido permitió la posibilidad de "nuevas formas de gestión" con la ley 15/97 nos preguntamos, ¿será posible derogar esa ley a estas alturas?, ¿seremos capaces de enmedar el error?.
Articulo unico.
1. En el ambito del Sistema Nacional de Salud, garantizando y preservando en todo caso su condición de ser- vicio publico, la gestión y administración de los centros, servicios y establecimientos sanitarios de protección de la salud, de atención sanitaria o sociosanitaria podra lIevarse a cabo directamente o indirectamente a traves de la constitución de cualesquiera entidades de naturaleza o titularidad publica admitidas en Derecho.
En el marco de lo establecido por las leyes, correspondera al Gobierno, mediante Real Decreto, y a los 6rganos de gobierno de las Comunidades Aut6nomas -en los ambitos de sus respectivas competencias-, determinar' las formas juridicas, 6rganos de direcci6n y control, regimen de garantias de la prestaci6n, finan- ciaci6n y peculiaridades en materia de personal de las entidades que se creen para la gesti6n de los centros y servicios mencionados.
2. La prestación y gestión de los servicios sanitarios y sociosanitarios podra lIevarse a cabo, ademas de con medios propios, mediante acuerdos, convenios o contratos con personas ó entidades publicas o privadas, en los terminos previstos en la Ley General de Sanidad.
Veremos qué dicen en programa electoral, probáblemente sea tan sencillo como añadir una frase que diga algo así como que "las formas de gestión de la sanidad sean de la naturaleza que sean, públicas o privadas, no permitirán el lucro".
No conocemos todavía las propuestas de otras formaciones. Las seguiremos con atención especialmente la que haga Podemos, partido que disfruta de protagonimo en encuestas y medios sin que haya compartido aún sus propuestas concretas en materia de salud.
Lo que me parece urgente es abrir un debate público desde la ciudadanía sobre qué sanidad queremos. No creo que este debate surja desde arriba, desde las torres de cristal los expertos discursan sin soler escuchar el rumor del transeúnte. Dado que estamos en una coyuntura económica de decrecimiento es fundamental consensuar entre todos qué servicios públicos mantener, priorizar, desmontar o cerrar. Todo no puede seguir igual, no es posible "blindar" ningún cesto cuando nos están quitando los mimbres de las manos. Decir otra cosa sería pura demagogia. Cambiar el sistema sanitario lleva siendo una urgencia desde hace ya mucho tiempo, lo hemos mantenido en la UVI sabiendo el riesgo de que un vulgar catarro o complicación leve se lo lleve por delante al estar inane y casi sin fuerzas. ¿Podremos salvar la sanidad pública? tal vez si alguien de una vez se pone a hacer masaje cardiaco... con diálogo.
¿Quién ha de iniciar este debate?
Probáblemente todos a la vez: ciudadanía, profesionales sanitarios y políticos. No vale con las charlas de café, no valen las tertulias ni las quejas de pasillo, hay que salir a hablar con los demás y atreverse a pensar y sobre todo a escuchar. Cada cuál habrá de pensar cómo hacerlo, con quién hablarlo, en qué foros participar. Seguir retrasándolo es permitir que sean los mercados los que hablen y muevan los hilos. Y eso no lo parará nadie, no habrá segundas oportunidades.