#Músicaparaelencierro. Horacio Manrique nos trae un gran álbum en vivo, el reencuentro de Pink Floyd sin Roger Waters cuando estaban obteniendo una reputación aún mayor por sus mega presentaciones en vivo, con una gran cantidad de dinero que invirtida en producción, atención a los detalles, efectos especiales y un sonido excepcional, y desde allí nace "Delicate Sound of Thunder" al ser un registro de un concierto en vivo con la mejor selección del grupo. y que corresponde a la versión del 2020 remasterizada con 8 tracks nuevos. Incluye muy buenas interpretaciones de canciones antiguas, mientras que las canciones de "A Momentary Lapse of Reason" suenan mejor aquí en vivo que en el disco de estudio. Aquí, un gran disco para empezar lo que seguramente será un gran día, lleno de infectados por la segunda ola de ese virus del capitalismo llamado coronavirus, pero felices de poder contagiarnos escuchando la mejor muúsica... ponele.
Artista: Pink Floyd
Álbum: Delicate Sound of Thunder
Año: 1988 - 2000
Género: Rock progresivo
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra
En 1987, Pink Floyd protagonizó un resurgimiento triunfal. La legendaria banda había sufrido la pérdida de dos co-fundadores: el tecladista y vocalista Richard Wright, que se fue después de las sesiones para "The Wall" en 1979, y el bajista y letrista Roger Waters, que había dejado la banda para iniciar su carrera en solitario en 1985 poco después de la publicación del álbum "The Final Cut", en 1983.
De esta forma, David Gilmour y Nick Mason se pusieron a trabajar en el álbum "A Momentary Lapse Of Reason", que sería un éxito mundial que ocupó los primeros puestos de las listas de ventas, y que vio el regreso de Richard Wright a la banda. Los fans acudieron en masa para asistir a las fechas de la gira, que comenzó pocos días después del lanzamiento del álbum (la gira acogió a razón de 4.25 millones de fans durante más de dos años). De allí sale esto, que fue registrado en el Nassau Coliseum de Long Island en agosto de 1988.
Delicate Sound of Thunder –en español: «Delicado Sonido del Trueno»– es un álbum doble en directo de la banda británica Pink Floyd, el primero lanzado en la época en la cual el guitarrista David Gilmour lideraba la banda. Este disco es el correspondiente a la gira de A Momentary Lapse of Reason. Fue lanzado en 1988 como doble LP, doble casete, y doble CD. Existe también una filmación de dicha gira también titulada Delicate Sound of Thunder lanzada en VHS y Laserdisc. Grabado en vivo magistralmente por Buford Jones, no fue en absoluto retocado en estudio. Considerado por muchos ingenieros uno de los mejores trabajos grabado en vivo hasta la fecha. Utilizó más de 130 canales de mezcla, efectos estéreos y cuadrafónicos en vivo con excepción del concierto de Venecia (enteramente en estéreo).
La lista de canciones equilibra cuidadosamente el nuevo material de entonces y los clásicos de Pink Floyd.
El reparto estelar de Pink Floyd para las fechas en vivo incluyó a Jon Carin (teclados, voz), Tim Renwick (guitarras, voz), Guy Pratt (bajo, voz), Gary Wallis (percusión), Scott Page (saxofones, guitarra), Margret Taylor (coros), Rachel Fury (coros) y Durga McBroom (coros). Todo un suceso, por cierto.
No es que la resurrección de Pink Floyd en 1987 llegase a alcanzar la categoría de milagro, pero cualquiera con edad y memoria suficientes la recordará al menos con cierta sorpresa. Habíamos dado casi por amortizada a la banda en aquel entonces, partida en dos tras el sonoro portazo de Roger Waters, uno de esos grandes divorcios en la historia del rock cuyos ecos siguen resonando más de tres décadas después. Y la huida de quien había sido el gran eje creativo en los años de gloria, de The dark side of the moon en adelante, parecía reducir a los floyds restantes en meros legatarios de la marca. Pero, ¡ay, amigos!, admitamos que la fuerza de la costumbre nos había llevado a subestimar de alguna manera a David Gilmour. Y su golpetazo en la mesa fue de los que también quedan en los anales.
El álbum de regreso, A momentary lapse of reason (1987), resultó ser no ya un trabajo más que decente, sino seguramente muy superior a aquel The final cut que en 1983 propició la escisión y dejó un regusto amargo entre firmantes y destinatarios. Aquel fue quizá el mayor paso en falso en la trayectoria del temperamental Waters, que incluso había concebido para los Floyd otro trabajo conceptual muy superior, The pros and cons of hitch hiking, que en 1984 acabaría viendo la luz erigido en su primer álbum en solitario (sí, el de la mujer desnuda y con tacones rojos que hace autoestop en la portada). Tras la monumental trifulca, Gilmour quiso poner orden. Rescató para los teclados como miembro de pleno derecho a Richard Wright, relegado a la humillante condición de músico contratado desde los tiempos de The wall. Y, sobre todo, recuperó el épico sonido clásico de la banda frente a los devaneos experimentales y poco melódicos de The final cut.
La consecuencia de todo ello, como decíamos, fue A momentary lapse…, un álbum muy correcto que se recibió no ya con interés, sino con alborozo. Y que propició una apoteósica gira en 1988 documentada ya entonces con un doble álbum en directo, Delicate sound of thunder, que ahora revive muy ampliado en contenidos y con un sonido sencillamente apoteósico.
Ante todo, asumamos la evidencia. Por mucho que adoremos a Pink Floyd, y sigue habiendo argumentos muy sólidos para ello, la banda desapareció como tal tras las presentaciones del postrero (y ya mucho más endeble) The division bell, de 1994, por lo que todo lo que disfrutamos desde entonces son delicatessen de archivo y estiramientos del legado en el que se guarda un complejo equilibrio entre el interés artístico y el crematístico. Dicho todo lo cual, este nuevo Delicate sound… supone un verdadero revulsivo para los amantes del rock más esplendoroso. Las remezclas del material registrado durante aquellas cinco noches de agosto en el Nassau Coliseum de Long Island permiten el espejismo de imaginarnos inmersos entre la multitud, y es precisamente la condición inmersiva uno de los grandes santos y señas para el universo floydiano. Y lo más importante de todo: el repertorio inmortalizado se estira en ocho títulos, de los 15 originales a estos 23 ya definitivos, lo que incrementa en sus buenos 35 minutos el margen para el disfrute.
No es poca cosa, ya lo avisamos. Entre las incorporaciones figuran las cinco piezas de A momentary… que se habían quedado fuera del corte: las dos partes de A new machine, Terminal frost, la muy ambiental y apasionante Signs of life y la interesantísima One slip. De esta manera, el decimotercer álbum en estudio de la banda queda reflejado de manera íntegra. Añadamos otros tres títulos clásicos, On the run, The great gig in the sky y Welcome to the machine, y el anzuelo se convierte ya en un bocado casi irresistible.
Gilmour y sus dos grandes socios históricos, Nick Mason y Richard Wright, demostraban así no solo el poder de la marca (y PF sigue siendo, aún hoy, un sello extraordinariamente poderoso), sino la candidez, y hasta puede que la altanería de Waters a la hora de subestimarlos. El gran motor del grupo se había apeado, pero todavía quedaban galones a bordo. Y su refrendo sobre las tablas fue sencillamente espectacular, con hasta ¡ocho! músicos adicionales para que no faltase detalle en la ceremonia. Entre ellos, tres coristas femeninas, indispensables en el universo de los Floyd, pero también una segunda guitarra, un bajista, un percusionista y el exquisito Scott Page a cargo de los saxos. Una barbaridad.
Y una última precisión. En puridad, este Delicate sound of thunder de 2020 deberíamos haberlo fechado en 2019, pues ya entonces formó parte de la carísima caja para coleccionistas de The later years. Para el común de los mortales, sin embargo, su (re)estreno es ahora. Y, admitámoslo, supone una bonita alegría.
Y coninuamos con los comentarios de terceros, para qué vamos a escribir nosotros si alguien que escribe bien ya lo hizo antes?
El primer álbum completamente en vivo publicado por Pink Floyd lleva el rimbombante título de "Delicado sonido de trueno" y salió a la venta en un muy tardío 1988. Se grabó durante la gira que siguió al álbum A Momentary Lapse of Reason (1987), en el que, como ya hemos comentado varias veces, la mítica banda de art rock volvía a la palestra después de la marcha de Roger Waters y los jaleos judiciales que esto causó. Delicate Sound of Thunder se grabó a base de extractos de los conciertos ofrecidos en Long Island (Nueva York), y es celebrado como uno de los álbumes en vivo con mayor calidad de sonido jamás publicados. Podemos poner todas las pegas que queramos a la concepción más comercial, más mainstream, de este Pink Floyd liderado por David Gilmour, pero poco puede decirse contra la espectacularidad de su sonido tanto en estudio como en directo.
Imagen de contraportada, unos peculiares árboles de Madagascar.El doble álbum diferencia ligeramente los contenidos de cada uno de los discos, cubriendo el primero casi todo el álbum A Momentary Lapse of Reason con Shine On You Crazy Diamond como prólogo, y conteniendo el segundo disco una selección más o menos previsible de grandes éxitos de la banda, con especial énfasis en The Dark Side of the Moon, Wish You Were Here y The Wall. Se cuela como anécdota One of These Days del álbum Meddle, con un homenaje a la sintonía de Doctor Who aquí muy subrayada y jaleada por el público, pero queda patente el poco interés que iba mostrando Pink Floyd por recuperar éxitos de su primera época.
Personalmente, no soy un gran fan de A Momentary Lapse of Reason, pero está claro que sus canciones funcionan muy bien para un espectáculo con público y el primer disco reproduce el álbum con gran fidelidad. En cuanto al segundo disco... Hay que ponerse en contexto, ya que a mediados de los ochenta solo existía un recopilatorio, y bastante raro además, con los temazos de Pink Floyd por todos conocidos. No había música en streaming ni Internet de la que descargar ni CDs grabables, de manera que era estupendo tener todos estos temas juntos en un solo soporte y con el "extra" de ese toque espontáneo que da el directo la hora de juguetear e improvisar. No me gustan mucho algunos detalles como la interpretación algo ramplona de Another Brick in the Wall o lo excesivamente que se alarga Comfortably Numb, y en general la dependencia exagerada que tiene todo el show del virtuosismo guitarrero de Gilmour (recordemos que aquí Rick Wright no tiene todavía tanto protagonismo como en años posteriores), pero se percibe el ambiente disfrutón de un público entregado y todo se perdona.
La nueva edición del concierto se ha estrenado en cines. En 2020 se ha publicado una nueva versión expandida (con más temas y algún retoque) del álbum, que tanto ahora como entonces está disponible en múltiples formatos de audio y vídeo doméstico, en su momento en VHS, CDs, casetes, vinilos y hasta laserdisc, y desde ahora también en Blu-ray. En algunos casos hay temas que entran o salen del "tracklist" por motivos diversos, sobre todo por el minutaje máximo de cada formato. Globalmente, me gusta mucho más el siguiente álbum doble en directo de Pink Floyd, el mítico Pulse de 1995, con el que Delicate Sound of Thunder guarda varias semejanzas, pero este trabajo que hoy nos ocupa fue emblemático y supuso un momento esencial e imprescindible en la última época de una de las grandes bandas de todos los tiempos. Merece la pena. El CondeComo muestra del poder creativo de David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright en su mejor momento, "Delicate Sound of Thunder" de Pink Floyd, supone un fascinante acontecimiento para la historia del rock y un material imprescindible para el disfrute de todo amante de la música.
Lista de Temas:
CD1:
1. Shine On You Crazy Diamond
2. Signs Of Life
3. Learning To Fly
4. Yet Another Movie
5. Round And Round6. A New Machine Part 17. Terminal Frost8. A New Machine Part 2
9. Sorrow10. The Dogs Of War11. On The Turning Away
CD2:
1. One Of These Days
2. Time3. On The Run4. The Great Gig In The Sky
5. Wish You Were Here 6. Welcome To The Machine7. Us And Them
8. Money
9. Another Brick In The Wall Part 2
10. Comfortably Numb
11. One Slip12. Run Like Hell
Alineación:
- David Gilmour / guitars, vocals
- Nick Mason / drums
- Richard Wright / keyboards
Additional musicians:
Jon Carin / keyboards, vocals
Scott Payne / saxophones
Guy Pratt / bass, vocals
Tim Renwick / guitars, vocals
Gary Wallis / percussion
Rachel Fury, Durga McBroom & Margret Taylor / backing vocals