En 1994, Pink Floyd editó The División Bell, el que a la postre sería su último álbum de estudio. La gira de presentación del mismo fue larga, y hubo un éxito absoluto. Aquel álbum se cerraba con un tema, bajo mi punto de vista, espectacular, y con un vídeo que me encantaba, con aquel hombre abriendo el coche y soltando los globos... y ese osito gigante que cae... era High Hopes... grandes esperanzas. Eso es lo que intento tener ahora mismo, grandes esperanzas, y anoche hablando con un amigo, salió Pink Floyd en la conversación, grupo al que adoramos.
De aquella gira se grabó el directo Pulse, a la venta un año después.
El principio con ese piano de Wright, para que luego entren bajo y voz es una delicia. Así de genial se han cerrado pocos discos, con ese largo increscendo instrumental dominado por el sólo fantástico de David Gilmour.Y esa letra... con ese principio demoledor... Mas allá del horizonte del lugar
que vivimos cuando éramos jóvenes
en un mundo de imanes y milagros
nuestros pensamientos se estrellan constantemente
y sin fronteras.
Disfrutad del vídeo original.
Y de la versión en vivo del disco Pulse.