Ahora que estamos buscando técnicas plásticas o materiales nuevos para pintar el invierno, voy a compartir dos cositas que he hecho ya y que me han encantado por lo sencillas que son para 3 años y lo que han disfrutado los niños.
La primera es la pintura de nieve, que aprendí de Laura en la entrada Pintura de nieve de su blog Laura y su aula. Os lo recomiendo porque tiene actividades muy interesantes, sobre todo propuestas de arte para 3-4 años; y además cuenta su experiencia en escuelas fuera de España lo cual es muy enriquecedor para las que de momento no podemos ver mucho mundo escolar fuera de nuestra clase.
Como nos cuenta Laura, lo primero que tenemos que hacer es crear pintura de nieve con agua, harina y sal a partes iguales. Sus alumnos pintan un árbol directamente con esa pintura y pega estrellitas. A mi me gustó mucho su idea pero nosotros queríamos que los niños extendiesen plastilina en la portada de los trabajos del primer trimestre así que en lugar de simplemente poner alquil encima de la plastilina para que la endureciese, decidimos usar esta pintura añadiendo el alquil a la mezcla.
A mi me hubiese gustado escribir una receta adaptada a mis alumnos de 3 años y dedicar un tiempo a la elaboración de la pintura para trabajar contenidos relacionados con matemáticas y lectoescritura. No me dio tiempo así que hice yo la mezcla y les expliqué que era pintura de nieve que iba a dejar a nuestros abetos de navidad como si hubiese nevado. El resultado es muy bonito porque quedaban como si tuviesen una especie de "manto invernal" de nieve o niebla y además tenían el brillo que da la sal y que es muy parecido al de la nieve.
Respecto a las cantidades yo la verdad es que lo hice un poco a ojo. El primer día puse más o menos medio vaso de agua y lo mismo de sal y harina y añadí una cucharada de alquil. Quedaba muy blanco y tapaba bastante la plastilina así que los siguientes días puse menos harina y un poco más de agua.
Y en segundo lugar hemos estampado con cucharas de papel burbuja. Ya había estampado con papel burbuja pero dando a los niños cuadrados de papel que mojaban en pintura blanca y los ponían tal cual en el paisaje invernal. Pero vi en Instagram una idea mucho más atractiva para los niños y más limpia (no recuerdo en qué perfil fue...; pero si el dueño la identifica como suya me encantará que me lo diga y le enlazo). Consiste en forrar la parte de arriba de las cucharas de madera de cocinar con el papel burbuja. Los niños mojan la cuchara en una bandeja planita con pintura blanca y estampan con la cuchara en su trabajo. ¡Les encanta!
Algunos dieron tantos golpes con la cuchara que no se ven los copos que se forman con las burbujas.
Os recomiendo que en la parte cóncaba de la cuchara pongáis algo que haga de relleno (una bolita de plástico o papel) para que quede el extremo un poco esférico y se pueda estampar por ambos lados de la parte superior de la cuchara.
Nosotros decoramos así nuestros árboles peladitos tras el otoño en el rincón de arte.