. . . Y sobre todo, sean siempre capaces de sentir
en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra
cualquiera en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda de un revolucionario.
(Che Guevara)
- ¿Sabe usted que se llevaron “p’alante” al Teo?
- Si, eso me han dicho. A mí me preguntó el cabo de la Guardia Civil si sabía de alguna actividad subversiva del susodicho y le dije que no.
- Pues según todos los indicios, alguien fue con información retorcida.
- Algún cabrón de los muchos que andan sueltos. A mí el cabo me insinuó algo de unas octavillas, pero yo le dije que no sabía nada, que sólo lo había visto una vez repartiendo, pero que yo creía que eran para un estreno de cine.
- Supongo que le tenían el ojo echado y cualquier mínima cosa que hayan insinuado les ha servido de excusa.
- Seguramente. Yo siempre intenté que no se fijaran en él, pero la verdad que tampoco tenía cuidado.
- ¿Cuidado? ¿De qué tenía que tener cuidado?
- No, de nada, pero ya sabe que cuando alguien está en el punto de mira, cualquier cosa se pude malinterpretar. De todas formas, ya sabe que me tiene a su disposición para lo que guste mandar.
- Gracias. Por cierto, necesito llevar a la capital unos libros. ¿Usted va todos lo días al ayuntamiento verdad? Son para dejárselos a un administrativo de allí.
- Con mucho gusto, faltaría más. Mañana mismo se los llevo, a mí no me cuesta ningún trabajo y ya sabe que me gusta siempre echar una mano. Como yo digo, si no nos ayudamos entre nosotros ¿quién lo va a hacer? ¿los de arriba? y una mierda, esos van a lo suyo nada más.
- Pues muchas gracias, luego se los alcanzo.
- Don Estanis, esto… que digo yo, el transporte de los libros ¿lo facturo con iva o sin iva?