Los sindicatos amenazan con convocar una huelga general para el 20 de junio, durante la despedida española de la presidencia del Consejo Europeo, pero el anuncio podría ser más una bravata que una decisión firme.
Porque la huelga puede fracasar fácilmente: el espíritu de los tiempos la rechaza; pero, además, han entrado en combate los piquetes informativos antihuelga
Los forman los periodistas que fueron aliados de Felipe González hasta que cometió el error de no retribuir sus méritos. Despechados, se lanzaron contra él y empujaron a UGT y CCOO a la huelga general del 14 de diciembre de 1988.
El motivo: González habían recortado levemente los derechos de los trabajadores, tras una época de mejoras históricas.
La huelga triunfó, pero dejó heridas, y los sindicatos fueron perdiendo afiliación y dejándose comprar con crecientes subvenciones gubernamentales. Y así languidecen, con fondos vitaminados estatales.
La experiencia le sirvió a los mismos periodistas para disparar contra González, antes casi intocable, usando como postas el Gal y la corrupción, tanto la verdadera verdadera, como la falsa.
Felipe se desangró como una malherida pieza de caza mayor bajo aquellas históricas columnas y persistentes tertulias de radio y TV.
Los periodistas-cazadores fueron adecuadamente premiados por Aznar, a quien protegen desde entonces con sus piquetes defensivos, que ahora son informativos antihuelga.
No hay pérdida: se detectan no por sus análisis, sino por sus agresivas denuncias contra unos asustados dirigentes sindicales que saben que la huelga los asfixiará aún más.
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