Piratas

Ayer me estaba estaba yo poniendo el agua para unos espaguettis Montignac (no es una salsa, es una dieta) cuando de pronto empieza Piratas. Corro al sofá, me siento. La serie empieza de cualquier manera (Qué poca importancia damos en España al primer plano, por dios), pero enseguida lo que viene es un teaser de 5 minutos. Vuelvo a la cocina, pongo los espaguettis a hervir. Cuando ya por fin parece que va a empezar la serie, después de unos anuncios, dejo todo y corro otra vez a sentarme. Falsa alarma. Otro teaser. Mira, mejor, que quedan 6 minutos para que esté la pasta. Cuando por fin me sirvo mi plato, 15 minutos después, la serie empieza por fin.

Abrimos un estado en Facebook para criticarla y eso hace que no nos enteremos de nada. Así que tampoco puedo hablar mucho del argumento en esta entrada, pero hay algo que sí puedo decir: Oscar Jaenada está para matarlo. No se le entiende cuando habla, imita en todo a Jack Sparrow pero sin gracia, como si eso pudiera ser posible y ni siquiera tiene química con las actrices. Una puede pensar que Jaenada no hace gracia porque los guiones no hacen gracia. No, éste estropearía hasta una comedia de los Farrelly. No es que la serie estuviera llena de chistes, para nada, pero las situaciones podían haber sido graciosas con otro actor. Es más, otro actor habría sacado petróleo de esas situaciones tan de teatro clásico, tan comunes y tan conocidas. Que hay actores en España ¿eh? No entiendo esta decisión.

La que sale ganando con todo esto es Pilar Rubio, que a priori parecía que iba a ser la que se iba a llevar todos los palos. Y sí, se los está llevando, pero sinceramente no sé por qué. Lo hace bastante bien, sobre todo si la comparamos con el prota de la serie. Al menos es el único personaje reconocible, sabemos que es una pirata buenorra pero marimacho con pocas habilidades sociales. Al menos no es esquizofrénica como el resto de personajes. El pobre sastre tiene que decir estupideces mientras toma decisiones incongruentes.
¿Y el barco? ¿Dónde está anclado? Cómo es posible que Oscar Jaenada esté en la arena y en el barco cada dos por tres. Y no solo eso, cuando por fin parece que se ha zafado de los piratas no solo no huye sino que vuelve al barco. A ver... que estábamos comentando todo el rato en Facebook y tampoco nos hemos enterado mucho pero la cosa pintaba caótica.

La cosa es que la serie es resultona. La foto a mí me encanta, los actores están bastante bien, Abascal, Pujades... el vestuario. Las escenas rollo Downton Abbey son bastante creíbles. Lo malo es lo de siempre, el problema de todas las series españolas, no se sabe qué quiere cada uno. Una no sabe si tiene que estar con los nobles o con los piratas y eso hace que no necesites volver a ver el segundo capítulo.
Hay algo interesante. Abascal cree que han matado a su hijo y el rollo Marco siempre es atractivo: uno va a estar ahí hasta que la madre descubra que su hijo está vivo. ¡Pero se han cargado el suspense! porque si la Abascal ha ido en un plis plas a la playa y se ha encontrado con Jaenada sin el menor problema, sabrá que su hijo está vivo en el capítulo 2.
Que por cierto, me encanta el niño, eso sí, el personaje es mucho más malote que el pobre actor. Pero supongo que el casting habrá sido bastante duro.
Pero lo único importante de una serie así es que haya química entre los protas. Aquí no solo no hay química sino que no sabemos entre quién y quién tiene que haberla. Jaenada es un ente asexual que está por ahí saltando y brincando y emociona lo mismo que el agua de mis espaguettis antes de hervir.
Sobre esos primerísimos planos de las peleas (porque los actores no tuvieron tiempo de entrenar), sobre el salto de eje en el carruaje no voy a pronunciarme. Realización me ganó con el plano de la mariposa.
Yo sólo pido encarecidamente a los actores españoles que vayan a logopedas y a ustedes les pido que no machaquen a Pilar Rubio porque estarían haciendo falete* a lo verdaderamente importante que es que Oscar Jaenada tenía que haberse quedado a vivir en Los Ángeles para siempre. Total, en Piratas del Caribe seguro que sale 30 segundos.
*hacer falete: Dícese del acto de ignorar, omitir o pasar por alto, un hecho, circunstancia o situación que es más que evidente, y que por alguna extraña razón se decide no hablar de ello, o hacer como que algo nunca ocurrió.